¡Recreo! El mayor desafío de los docentes en esta vuelta a clases progresiva

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En la cuenta regresiva para el comienzo de las clases presenciales en la provincia de Buenos Aires, y en esta segunda etapa en la Capital Federal donde unos 145 mil alumnos regresaron a las aulas, las incógnitas siguen siendo muchas para los diferentes actores de cada comunidad educativa.

Lo que más preocupa tanto a padres como a docentes es si los más pequeños podrán cumplir con los protocolos establecidos para evitar la propagación del covid-19. Más de un millón de bonaerenses volvieron a la escuela para recuperar contenidos del año pasado, y se habían reincorporado el miércoles pasado.

La prueba piloto dejó más dudas que certezas para la reincorporación total de los alumnos al sistema educativo tradicional que se concretará el 1 de marzo, y el momento de mayor tensión sin dudas será la hora del recreo.

Ese rato tan breve y tan ansiado por los chicos para descansar del estudio, liberar energía y divertirse con sus compañeros, ahora está plagado de restricciones. Son los minutos en que más atención deberán prestar los adultos del colegio, para evitar que haya contacto físico o acercamiento a menos de 1,5 metros de distancia.

Según el protocolo establecido por el Consejo Federal de Educación, para que los chicos de un curso no se mezclen con los de otro, saldrán al patio en distintos horarios, por supuesto con tapabocas y bajo extrema supervisión. Antes y después, deberán higienizarse las manos.

Los juegos elegidos deberán ser aquellos que impliquen menor movimiento posible como el ‘piedra, papel o tijera’. Allí entrará en juego la creatividad y el esfuerzo de todos. Prevalecerá la posibilidad de que los chicos vuelvan a sociabilizar entre ellos, reforzar los lazos a través de la comunicación y emular la virtualidad de jugar cada uno por su lado pero juntos.


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