Una argentina creó un exitoso método contra el bullying. Se aplica en 300 escuelas

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Cynthia Zak pasó del periodismo a dedicar todo su tiempo a un método, Yomu, que combina técnicas de yoga, relajación, respiración, meditación y mindfulness para niños. Cordobesa, radicada hace años en Miami, comenzó a trabajar con chicos de «poblaciones en desventaja» (afroamericanos y latinos) en 2007 en un programa financiado por el Gobierno federal. «Fui con una flauta para acompañar las prácticas y allí descubrí que había una forma de hacer que no era con la palabra y que los chicos aceptaban de buena gana», cuenta.

A partir de ahí empezó a experimentar, y en la búsqueda de libros y música para acompañar el yoga para niños detectó que no existía lo que necesitaba. Así, empezó a componer. Hoy cuenta con 150 canciones y varios libros, y en la Argentina el método se aplica en unas 300 escuelas, tanto públicas como privadas, especialmente en Córdoba, Rosario, Tucumán, San Luis y la provincia de Buenos Aires. Además, dice, crece su conexión con el área de salud. «Hay un gran interés y vemos consultorios de pediatras que lo aplican, odontólogos y psicólogos; son herramientas y la formación es para adultos», apunta.

Por ejemplo, en Colombia , donde Zak trabaja intensamente en Medellín y Bogotá – comenzó una tarea con una caja de compensación (la versión argentina de una obra social) de un millón de afiliados. Comenzaron con un taller de 40 horas para 70 docentes y mediciones de los problemas más frecuentes en el aula. Ahora hacen 13 semanas de seguimiento para cuantificar el impacto del método. «Lo bueno es que no interrumpe la vida escolar ni la familiar; es una canción, una técnica de respiración, mucha conexión y acento en los valores», describe.

Yomu, que también se aplica en escuelas de Estados Unidos y Europa , se asienta en cinco pilares: meditación, respiración, inteligencia emocional, neurociencia y música. «Es un todo, hay un equipo trabajando detrás, cada rama tiene un líder, un experto -señala-. Toda transformación comienza en el interior. A los chicos les genera curiosidad y se abren. Los niños de todos los sectores sociales, de todos los colores, de todos los idiomas, necesitan lo mismo. No hay diferencia entre los de una escuela privada y una rural o urbano marginal; se vive un proceso muy interesante».

Estrés y ansiedad

Los docentes coinciden en que la puesta en práctica de la herramienta reduce el estrés y la ansiedad de los chicos. Básicamente, los serena. Hay docentes que pagan un curso de su propio bolsillo y después lo aplican en clase, pero también hace dos años el ministerio de Educación de Córdoba financió a maestros de 20 escuelas para que se convirtieran en líderes de esta técnica. Por ejemplo, un entrenamiento en dos niveles, con dos libros, dos discos y certificación, cuesta 300 dólares.

Zak admite que una de las mayores preocupaciones es el del bullying y que, para abordarlo, hace una tarea de espejo con los propios maestros que reclaman por la «agresividad» de los alumnos. «Les propongo reflexionar sobre qué nos dijimos a nosotros mismos cuando nos miramos al espejo; de qué forma nos tratamos; si fuimos amorosos o nos criticamos y no nos aceptamos. Todo es una energía muy sutil y a veces la agresividad empieza por ahí y después impacta en el otro», reflexiona.

La técnica combina yoga, relajación, respiración y mindfulness para niños
La técnica combina yoga, relajación, respiración y mindfulness para niños Crédito: Gentileza Yomu

El foco del método (todo el contenido es bilingüe) es la capacitación, la formación para incorporar el mindfulness a la vida cotidiana, «democratizarlo», según dice. A partir de su experiencia de 12 años, afirma que los chicos se vuelven más atentos, comprenden mejor sus emociones y aprenden a lidiar con ellas, lo que les permite relacionarse de una manera más armónica con sí mismos y con el resto. Aclara que no se trata de crear una nueva materia, sino de tener una herramienta que facilita el aprendizaje en armonía.

Una maestra de la escuela púbica Primera Junta de Córdoba indica que la aplicación de la herramienta permitió cambiar el clima de la clase, y lograr que los alumnos estén más serenos y atentos. Los chicos se saben las canciones, ella consulta si están nerviosos y, en ese caso, hacen un ejercicio de respiración o se hacen un masaje en un dedo de la mano para tranquilizarse. «Es como hacer una sopa, hay que conocer los ingredientes, saborearlos y después elegir los que más nos gustan», grafica Zak.

Cuando todavía ejercía como periodista y practicaba yoga, un día, al terminar la clase y hacer la relajación, se sintió tan feliz que pensó en cómo sostener ese estado y ayudar a que otros lo vivan. «Así empecé el proceso de búsqueda y, cuando inicié con los chicos, en cuestión de meses, no paraba de trabajar. De algo chico nació un sistema de clases, los libros El maestro eres túRespiremos Juntos y Mindfulness, una agenda bilingüe. Todo en simultáneo con la música».


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