Raquel Varela será distinguida como Maestra Ilustre de San Juan

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A medida que pasan los días, la docente de nivel inicial Raquel Varela se da cuenta de que vive un momento que nunca esperó en su carrera. Felicitada y reconocida por sus compañeros de trabajo, seres queridos y familias de sus pequeños alumnos, la «seño» aún no puede creer que recibirá la distinción Maestro Ilustre 2018 como la docente destacada de San Juan. Compartirá el acto con sus pares de todo el país, elegidos por su trayectoria y sus logros profesionales.

«Fue inesperado; no pensé recibir este premio. Mis compañeros del JINZ N° 8 me eligieron en votación y la directora de la escuela, Amanda Fernández me pidió el CV para llevarlo al Ministerio de Educación. Escribí lo más destacado porque los docentes tratamos de aprovechar cada capacitación y me vi en medio de muchos certificados y poco tiempo para ordenar todo y detallarlo. Se lo entregué en la noche y al otro día a la mañana tenía que presentarlo», recordó Raquel en diálogo con Diario La Provincia.

Con su voz pausada y frases pintadas con una cadencia suave, la docente cuenta que se quedó sin palabras cuando desde el Ministerio le explicaron que ella era la elegida por San Juan para el premio nacional. «Tenía llamadas perdidas y como mi número está como referencia de contacto del JINZ, junto con el de los directivos, pensé que no se podían comunicar con ellos. Cuando devolví la llamada, me avisaron del premio y que me darían detalles del viaje que debo hacer a Buenos Aires», recordó.

Esta distinción viene a coronar más de 20 años de trabajo de Raquel, que es la única de sus 7 hermanos que terminó una carrera. «De niña, andaba con los libros para todos lados. Me encantaba leer; la «Sarmiento» me decía mi mamá. Me acuerdo que siempre admiré a las maestras jardineras por su trabajo: veía lo que hacían por los chicos y lo dulces que eran con ellos. Tuve que instalarme en la Ciudad de San Juan para poder estudiar. Me quedé con una de mis hermanas e hice la carrera en el Colegio Superior N° 1 de Rawson. De allí egresé en el ´93″.

Raquel tenía, además de su vocación, un incentivo más que especial para empezar a buscar trabajo: su hijo nació cuando ella aún estudiaba y por él, regresó a Iglesia. En 1996 tuvo su primera suplencia y un año más tarde, fue docente interina en el Anexo Cacique Pismanta donde trabajó por 15 años. En 2011, una permuta de cargo la llevó a integrar la comunidad de la escuela Dalmacio Vélez Sarsfield donde pudo incrementar cargo en 2016 y actualmente es la seño de dos salas de 4 años.

«Con mis alumnos me gusta aplicar varias técnicas pero lo que me apasiona es que aprendan la importancia de reciclar. Ellos incorporan que, con esas acciones, cuidan al planeta. Para la Feria de Ciencias trabajamos la segunda etapa de un proyecto que se centra en ello: primero hicimos arte con tapitas y ahora, reutilizamos botellas. Me interesa concientizarlos y que sepan los problemas que causa ese tipo de basura si no se la aprovecha y recicla», destacó. En las fotos que le tomaron en el Jardín, es inconfundible su sonrisa junto a los pequeños a los que recibe con sus carteles prolijamente hechos a mano, disfraces y juegos.

Raquel reconoce que lo que más ama «son las ocurrencias» de sus chicos y el gran amor que le demuestran ellos y «también las familias con las que hay que tener un buen diálogo, escucha y apoyo». Además, rescata que «aprendo todos los días de mis compañeras, de mi par Marisa, de la directora del JINZ Rita Carbajal porque aunque tengo mucha antigüedad, todo cambia y hay que actualizarse».

Segura del camino recorrido y su gran vocación docente, dio su consejo para quienes se preparan para enseñar y aprender de los pequeños de Nivel Inicial. «No deben perder la impronta, la creatividad y el compromiso con esta labor. Deben sentir gusto de enseñarle a los chicos. No se tiene que trabajar sólo por el sueldo sino por amor», sentenció.

La Provincia SJ

 

 


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