Qué son las altas capacidades y por qué representan un desafío para la educación

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Muchas veces las personas con atlas capacidades sufren a lo largo de su trayectoria escolar por no estar correctamente diagnosticadas. Hablamos con Javier Gómez Torres, que lleva más de veinticinco años trabajando como docente de chicas y chicos con altas capacidades.

Personas con altas capacidades

Antes de meternos de lleno en la entrevista con Javier, echemos un poco de luz sobre este tema que poco se conoce:

Una persona con altas capacidades intelectuales presenta una destreza superior (entendida como una capacidad excepcional para razonar y aprender) o competencia (un desempeño que la sitúe por encima del grupo normativo) en una o más áreas de conocimiento o habilidades. Estas áreas pueden incluir cualquier actividad, desde las matemáticas hasta la música, la tecnología o la pintura, los deportes, la danza. Existe un test llamado la escala de Wessler que permite evaluar estas capacidades: si el coeficiente intelectual es igual o mayor a 130, estamos ante un caso de altas capacidades.

Hay que aclarar que esta destreza no se traduce necesariamente en un alto rendimiento académico, y podría ser también que la persona tenga una capacidad excepcional en un área, pero en otras sea normal o hasta incluso presentar dificultades. Entre las personas con altas capacidades y las personas superdotadas existe una sutil diferencia: superdotadas son aquellas que presentan altas capacidades en todas las áreas de conocimiento o destrezas motrices, pero estos casos son muy raros.

La opinión del especialista

Javier Gómez Torres es español y lleva más de veinticinco años enseñando como docente de tecnología a chicas y chicos con altas capacidades en Madrid. Cuenta que al terminar la carrera de psicopedagogía una profesora le ofreció hacerse cargo de un curso de tecnología para estudiantes con altas capacidades que se impartiría como taller extracurricular. A él le entusiasmó mucho la propuesta porque justamente, como trabajo final había presentado un proyecto vinculado a la tecnología. Durante los meses de verano, antes de arrancar el curso preparó un manual para enseñarles a usar un programa de animación. Cuando empezó el curso los estudiantes se entusiasmaron más que él, no quisieron salir al recreo. Él quedó asombrado de las cosas que ellos podían hacer. La semana siguiente, cuando se presentaron a la segunda clase del curso, casi todos ellos ya habían hecho todas las actividades del manual y sabían casi tanto como él sobre el programa. “El principal problema es que en el magisterio casi no se aborda el tema de personas con altas capacidades, entonces los docentes no saben cómo tratarlos o siquiera identificarlos”, dice.

– Después de tantos años como docente con alumnos de altas capacidades, ¿cómo ves la situación actual, el abordaje que se tiene respecto de estos estudiantes en el aula?
– Las altas capacidades son las grandes olvidadas en el mundo de la pedagogía. Se ha dedicado mucho tiempo y muchas inversiones al estudio de las dificultades de aprendizaje, pero poco se ha investigado sobre las altas capacidades que, teniendo en cuenta la prevalencia que tienen en la población mundial, representan un desafío para la educación en las aulas. En las carreras oficiales de magisterio o incluso psicopedagogía no hay formación específica al respecto, por eso los docentes que quieren saber sobre el tema tienen que recurrir a cursos de posgrado o de especialización. Es llamativo que cuando le preguntas a un docente con treinta años de experiencia en el aula cuántas veces se ha cruzado con un estudiante con altas capacidades, te responde que nunca o que quizás se acuerda de uno. Y esto es estadísticamente imposible, porque en un aula de treinta niños debería haber uno o dos niñas o niños con altas capacidades. El problema está en que no se forma a los docentes para identificar estos casos. Sin embargo, en los últimos años, a partir de que se impone la idea de la educación en la diversidad, se le está prestando más atención a estas personas que tienen intereses y necesidades específicas.

– ¿Cómo puede un docente darse cuenta de que está frente a una chica o un chico con altas capacidades?
– Existe una serie de indicadores establecidos por la Asociación Americana de Psiquiatría, son indicadores bastante claros, que los docentes podrían tener en cuenta al observar a sus alumnas o alumnos. Como criterios generales se trata de personas muy curiosas, que hacen muchas preguntas queriendo saber más, tienen intereses específicos en algún área del conocimiento y son capaces de explorarla con muchísimo detalle y profundidad. Muchas veces se trata de personas muy sensibles en sus interacciones sociales, se preocupan por temas sociales, como la guerra de Ucrania, o qué pasa después de la muerte. A las personas con altas capacidades intelectuales les cuesta adaptarse socialmente, no consiguen integrarse a su grupo porque sus intereses en general son distintos a los de la media.

– Ahora, cuando el docente identifica un posible estudiante con altas capacidades ¿qué puede hacer?
– Ante todo solicitar un diagnóstico psicopedagógico porque de esa manera se puede tener mayor certeza de las necesidades y capacidades de ese niño o niña. A veces, por desconocimiento, se cae en falsos diagnósticos de Asperger o de déficit de atención, cuando en realidad se trata de niñas o niños con altas capacidades. El diagnóstico nos permite diseñar una intervención que le permita desarrollar todas sus capacidades.

– ¿Cuáles son los problemas que suelen presentar las niñas y los niños con altas capacidades dentro del aula?
– Hay niñas o niños con altas capacidades que pueden ser tildados de indisciplinados o inquietos, incluso desatentos. Lo que pasa con estas niñas y niños es que aprenden e internalizan mucho más rápido que los demás los conocimientos. Entonces cuando los contenidos empiezan a repetirse, porque una de las bases del aprendizaje es la repetición, ellos se aburren y empiezan a distraerse. A la larga esto hace que dejen de prestar atención y no sigan aprendiendo cosas nuevas. También aparecen problemas relacionados con el bullying porque los compañeros lo identifican como el diferente o el que no se puede integrar, y estas niñas y niños tienden a quedar aislados. Es muy duro a veces para ellas y ellos, cuando tienen diez o doce años no tener amigos.

– ¿Cuáles son las estrategias que pueden poner en práctica los docentes y las familias para contener y acompañar el desarrollo de estos chicos y chicas?
– Partiendo de la base de que cada estudiante es único, la estrategia es observar a los niños y niñas con altas capacidades para identificar sus intereses, sus ritmos y en base a eso proponer actividades desafiantes que consigan mantener su atención. Si el docente ve que el estudiante ya aprendió y comienza a aburrirse le puede pedir una ficha de ampliación, para que investigue el tema más en detalle o también enfrentarlo a retos que no sean de la asignatura. Otra gran estrategia es que interactúe con sus compañeros intentando ayudarlos, esta también es una manera de promover su integración con el grupo. Todas las estrategias deben buscar que la niña o niño se mantenga interesado por lo que pasa dentro del aula.

Desde la familia es clave alimentar su curiosidad, en lugar de reprimirla. Hay que alentarlos y tratar de acompañarlos en estos intereses, ir a los museos, buscar profesores especialistas. Siempre es mejor que las familias tengan un acompañamiento activo y también que mantengan un intercambio fluido con la escuela para involucrarse en lo que están aprendiendo. Muchas veces son los padres los que observan que su hijo tiene altas capacidades y piden el diagnóstico.

– ¿Cómo pueden ayudar las nuevas tecnologías a las chicas y chicos con altas capacidades?
– Para mí la tecnología es una gran aliada en la educación en general porque permite justamente “personalizar” la ruta de aprendizaje de cada estudiante. Las plataformas de aprendizaje adaptativo sin lugar a dudas están marcando cómo será el futuro de la educación. Son un gran complemento para el docente, que a través de ellas puede prestar una atención más individualizada. Los docentes mismos están muy entusiasmados con estas nuevas tecnologías porque ven cómo mejora su tarea de enseñanza. Para los estudiantes con altas capacidades estas tecnologías hacen la diferencia porque los desafíos se le van haciendo cada vez más difíciles a medida que la plataforma va detectando su capacidad. Esto repercute positivamente en su motivación y en su atención.

Si te interesa el tema de cómo educar a niñas y niños con altas capacidades, el próximo sábado 13 de agosto a las 11 horas Javier Gomez Torres estará dictando una MasterClass sobre el tema a través de Wumbox. Para inscribirte podés visitar este link. O si querés hacernos alguna consulta podés escribirnos por Whatsapp a través de este link.

*Luciana Tixi y Agustín Pardo forman parte de Wumbox, una plataforma de aprendizaje adaptativo argentina a través de la cuál niños de 3 a 12 aprenden jugando.

Mdzol.com


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