Personas mayores retornan a las aulas

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El Ministerio de Familia y Desarrollo Humano; a través de la Residencia del Adulto Mayor Eva Duarte, genera políticas públicas que fomenten el envejecimiento activo de cada uno de los Residentes. En este sentido, se dio comienzo al ciclo lectivo 2024, para personas mayores, en la Escuela Nocturna República Oriental del Uruguay de la Villa Observatorio, en el departamento de Chimbas.

Se trata de un trabajo mancomunado de ambas instituciones que implica un abordaje integral con contenidos educativos como lectoescritura y razonamiento a través de las diferentes tareas curriculares.

Con más de 70 inscriptos residentes como matrícula, se realizó el acto de inicio de clases en las instalaciones de la Residencia, donde participaron, la directora de la Residencia, Lic. Fernanda Vives; la directora de la Escuela República Oriental del Uruguay, Victoria Vicentela y el cuerpo de bandera de la Escuela, compuesto por residentes; docentes y estudiantes mayores.

Las clases se dictarán de lunes a viernes de 18 a 19.30 y el personal docente de la Escuela República Oriental del Uruguay impartirá los conocimientos y las tareas para los ávidos alumnos. Para algunos, será su primera experiencia en el proceso de alfabetización y otros, retoman sus estudios para afianzar y reafirmar los conocimientos que ya tienen.

Este proyecto muestra que el trabajo en conjunto, fomenta el envejecimiento activo en beneficio para las personas mayores.

El envejecimiento activo implica que las personas mayores realicen actividades de diferentes índoles, que sean dinámicas, independientes y participativas en la comunidad. La educación, formal y no formal, debe ser una de estas actividades. Si el proceso de envejecimiento saludable tiene como objetivo fomentar y mantener la capacidad funcional, el aprender es una de las vías a recorrer: no hay edades para seguir aprendiendo.

Las personas mayores que continúan aprendiendo, adquieren conocimientos y capacidades para controlar su salud, mantenerse informados, pueden participar activamente en la comunidad, adaptarse al envejecimiento, mantener su identidad y conservar el interés por la vida. Además, se genera un crecimiento personal continuo que permite que las personas mayores puedan realizar lo que valoran.

En otras palabras, la educación en la vejez contribuye a la autoestima, genera nuevos ámbitos de relación social y les ayuda a sentirse útiles y por tanto válidos, manteniendo sus funciones cognitivas y sus intereses al interactuar con otras personas y sentirse productivos en la vejez.


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