Mejor que Shanghái: el método suizo para enseñar matemáticas

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El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados, ya que este análisis no evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado. Se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes de 15 años a partir de unos exámenes estandarizados.

Es normal, por tanto, que cada vez más políticos quieran ver a sus países elevarse en las tablas de esta particular liga. ¿La solución? Muchos intentan importar formas de enseñanza desde el extranjero, como bien explica el profesor Mark Boylan, de educación en la Universidad Sheffield Hallam, en ‘The Conversation’. En Inglaterra, señala, muchas escuelas han adoptado métodos del este asiático en la enseñanza de matemáticas para poder subir puestos en el informe.

Los gigantes asiáticos a la cabeza

Y es normal, Singapur y Shanghái consiguen excelentes resultados en las pruebas PISA internacionales en comparación con Inglaterra. No solo ellos, sino que los gigantes asiáticos (Japón, Taiwán, Corea del Sur…) suelen estar siempre entre los diez primeros puestos. Los profesores ingleses viajan a China para conocer sus métodos de enseñanza y viceversa, tanto es así que explica Boylan: «Hemos pasado los últimos cuatro años investigando si el intercambio con Shanghái llevaría a cambios en la enseñanza en Inglaterra y si esto llevaría a mejores puntuaciones en los exámenes. Descubrimos que en muchas de las escuelas que participaron en el primer intercambio en 2014-2015 se han producido cambios, y la mayoría han adoptado la enseñanza de matemáticas al estilo de Shanghái».

«Estos cambios involucraban la desaceleración del plan de estudios, el uso de un mayor aprendizaje centrado en la memoria, una mayor interacción entre el profesor y los alumnos y la utilización de diferentes formas de representar ideas matemáticas» señalaba, «las escuelas también han adoptado formas para que todos los niños tengan acceso a las matemáticas difíciles». Sin embargo, cuando compararon las puntuaciones de las pruebas en escuelas que no habían adoptado este método chino, descubrieron que no se daban cambios sustanciales. No existía una mejora masiva en aquellos que se habían decantado por el estilo de Shanghái.

Solo un 20% de los estudiantes suizos que acaban la secundaria pasan a cursar Bachillerato y el país tiene un fracaso escolar de únicamente el 5,5%

Es entonces cuando señala que, quizá, debería ampliarse la búsqueda en «ideas matemáticas«. Suiza fue el mejor actor europeo en matemáticas en el año 2015, (posicionado en el número 8, mientras que nosotros por nuestra parte nos encontramos en el 32), no muy por detrás de los países asiáticos. Ocupa el puesto 17 mundial en la evaluación PISA. Su fracaso escolar es muy bajo, siendo del 5,5%. La educación es gratuita, incluyendo todos los materiales escolares (lapiceros y gomas) . El 90% de los Centros escolares son de titularidad pública. Curiosamente, al comenzar la escolarización en Primaria (7 años) los niños no saben leer ni escribir y hay una gran restricción para cursar estudios de Bachillerato. Sólo un 20% de los estudiantes que han superado la Educación Secundaria pasan a cursarlo, ¿puede algo de esto tener que ver con los buenos resultados?

Aunque, se debería hacer una puntualización. Los chavales suizos son grandes matemáticos, sí, pero en lectura obtuvieron calificaciones promedio, similares a las de los estudiantes de Austria, Francia e Italia. En 2004, cuando los informes PISA ya mostraban los avances de los helvéticos, el pedagogo Jürgen Oelkers, de la Universidad de Zurich veía en el buen nivel alcanzado en matemáticas el resultado de los nuevos métodos introducidos en los tres últimos años de la escuela secundaria. «La enseñanza está más orientada hacia los alumnos y los problemas propuestos están más centrados en la vida diaria», destacaba, aunque hacía hincapié en que una mejor clasificación en las pruebas no tiene por qué traducirse en una mejora del nivel de los alumnos. «A veces, simplemente, es que los profesores les han preparado mejor para la prueba».

Además, insiste Boylan, Asia está demasiado lejos. Los métodos de enseñanza no son la única razón que explican su éxito. Los maestros de Reino Unido pueden adoptar los enfoques de Shangái, pero no han tenido la misma cantidad de tiempo para el desarrollo profesional o para planificar lecciones. Boylan explica que otros motivos pueden ser, por ejemplo, que en las escuelas primarias de la ciudad china los niños son enseñados por el mismo profesor durante dos o tres años o que muchos padres deciden tener un único hijo, por lo que centran toda su atención en el cuidado del infante. Y no solo eso. En Corea del Sur, por ejemplo, tras la jornada escolar los jóvenes acuden a academias para seguir afianzando los conocimientos. El gaokao en China (una especie de Selectividad) se considera uno de los exámenes más difíciles y estrictos del mundo.

Hay más cosas que se pueden aprender de PISA y otras pruebas internacionales. Parece, por ejemplo, que todos los sistemas educativos de alto rendimiento tienen algunas características comunes. Estas incluyen: apoyar a los maestros con un buen salario, condiciones y estatus. «Los maestros tienen la libertad de decidir qué y cómo enseñar con el apoyo de investigadores pero sin interferencia política, también parece ser otro factor que contribuye (positivamente)».


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