Los alumnos de último año volverían a clases presenciales por tandas y rendirán un examen

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Regreso de forma parcial y escalonada a las aulas para los alumnos del último año del primario y del secundario, aún sin fecha concreta porque dependerá de cada jurisdicción, y una evaluación de los aprendizajes obtenidos por el sistema virtual son los temas centrales que anunciará mañana el Consejo Federal de Educación (CFE), que además presentará públicamente una especie de «semáforo epidemiológico» sobre Covid-19 , que fijará los parámetros para avanzar o retroceder en las clases presenciales según la situación sanitaria puntual.

Aunque esos anuncios se esperaban ayer con expectativa, porque el ministro de Educación, Nicolás Trotta, se había reunido con sus pares de todo el país y les presentó ese «índice epidemiológico», la definición se pospuso hasta el jueves para que hoy, en otra reunión virtual, puedan ser debatidos y aprobados esos contenidos por los ministerios de salud de cada distrito.

Según pudo saberse esta noche el índice epidemiológico objetivo será la vara para habilitar la vuelta paulatina a las aulas. En lugar de exigir una circulación baja o nula del virus, como sucedía hasta ahora, cada jurisdicción deberá usar esta herramienta para medir el riesgo: un semáforo que prenderá luces de alerta -baja, media o alta- y así determinar cuándo es el momento adecuado para abrir las escuelas.

La prioridad para el regreso, algo que se repite desde hace meses, la tendrán los alumnos más perjudicados, los que perdieron el contacto con sus docentes, y los que finalizan un ciclo (primario o medio).

Reunión

Anteayer, cuando se anunció la convocatoria y algunas de las propuestas que se discutirían, la expectativa estaba puesta en una jornada de definiciones que garantizaran con mayor certeza cuando los alumnos volverán a pisar las aulas. Pero según parece habrá que esperar al menos hasta el jueves. Para hoy, la agenda de Trotta incluye una reunión con los equipos técnicos de salud de cada provincia. El jueves a se espera que sea refrendado por el CFE y luego cada distrito defina cuándo y cómo comienza la nueva etapa de los chicos en las aulas.

El nuevo índice epidemiológico, que fue elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación, las provincias y un equipo de expertos, es una adaptación del indicador del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) a la realidad local.

Según explicaron varios epidemiólogos a LA NACION, entre algunos de los indicadores que se tendrían en cuenta figuraban el número de casos cada 100.000 habitantes, el nivel de positividad de testeos de Covid-19, la cantidad de infectados en los últimos 14 días, sobre todo, y algunos parámetros extras que permitan establecer, por ejemplo, si la escuela puede garantizar las medidas sanitarias para disminuir el riesgo de contagio o la disponibilidad de camas de hospital en terapia intensiva.

El documento con los detalles de este nuevo esquema fue enviado por correo electrónico a los ministros durante la reunión con Trotta.

Manifestaciones

El domingo pasado, tras meses de negociaciones, Trotta había hecho algunos guiños de que habría un cambio en la política educativa, que tuvo un freno abrupto el 16 de marzo pasado cuando se suspendieron las clases presenciales para todos los niveles en todo el país. «No hace falta la vacuna para volver a clases, pero tiene que haber datos objetivos que nos permitan dar pasos seguros», había dicho Trotta. La afirmación llegó tras los reclamos realizados la semana pasada por familias, docentes y alumnos en el conurbano y de la Capital.

Ayer, cuando se cumplieron 200 días de aislamiento obligatorio, siguieron las manifestaciones como sucedió en Tigre donde estudiantes y padres hicieron una sentada con carteles en el espacio público y presentaron un documento con más de 400 firmas en la municipalidad, que maneja el oficialista Julio Zamora, para reclamar la vuelta a las clases presenciales. Ya hay una movilización organizada para el jueves, frente al Palacio Sarmiento, cuyo punto de encuentro será Rodríguez Peña y Marcelo T. de Alvear, con el lema «a cacerolear por nuestras instituciones educativas».

La expectativa que tenía el gobierno porteño para avanzar con la revinculación de los 6500 alumnos que desde que comenzó la cuarentena por el Covid-19 no tuvieron contacto con sus maestros, quedó en pausa. En la reunión se habló sobre la urgencia de que estos grupos de estudiantes, y los que finalizan un ciclo, regresen a las actividades antes de que termine el año.

También se habló sobre la habilitación de actividades «no escolares», artísticas, deportivas, recreativas y culturales, que podrían tener como sede algún club o institución recreativa, y no las escuelas.

Responsabilidades

Este martes, uno de los primeros en tomar la palabra fue el ministro de Salud, Ginés González García, que habló sobre la importancia del nuevo esquema, una herramienta que le dará las pautas a los gobernadores e intendentes para evaluar cuál es el riesgo del regreso a las clases presenciales, sobre todo en centros urbanos de más de 500.000 habitantes, como la ciudad de Buenos Aires.

La última decisión, había dicho Trotta ayer, la tendrá cada jurisdicción. Eso implica también las responsabilidades, deslizando así los posibles costos sanitarios y políticos, en el caso de tener que dar marcha atrás.

Tras manifestar, una vez más, que la voluntad del Gobierno es asegurar una vuelta segura, progresiva y escalonada, Trotta recordó que en todas las provincias en las que se retomó la actividad, siempre estuvo la prioridad puesta en los estudiantes que terminan un nivel. «Como ocurrió hoy [por ayer] San Luis o en Formosa, que ya lleva más de un mes de dictado de clases presenciales». Las provincias que ya regresaron, y han podido sostener la reapertura son La Pampa y Formosa. San Juan, Catamarca y Santiago del Estero dieron marcha atrás por el aumento de casos que no estuvieron relacionados con la actividad escolar.

La Nación


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