Informe de la OCDE: los docentes dicen que innovan, pero lidian con aulas desordenadas

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La ciudad de Buenos Aires fue la única representante argentina en el El informe TALIS –Teaching and Learning International Survey– que este miércoles presentó la OCDE.  El estudio nucleó a 45 países y 3 provincias, e indagó en la percepción de los docentes y directivos, una suerte de autoevaluación. En su primera participación, los maestros porteños dijeron que implementan métodos de enseñanza variados, pero que también deben lidiar con aulas alborotadas.

Primero el principio. ¿Quiénes son los que hoy están al frente de un aula o en la gestión de una escuela? Son en su mayoría mujeres y su promedio de edad es 44 años. No obstante, un 36% tiene 50 años o más. Por ende, la ciudad deberá renovar 3 de cada 8 miembros de su cuerpo docente en la próxima década. En cuanto a los directores, la preeminencia femenina cae un poco, pero siguen siendo mayoría. Su promedio de edad es de 52 años.

Tan solo poco más de la mitad de los profesores de secundaria eligió la docencia como primera opción; bastante por debajo del promedio global, ubicado en 68,9%. Entre las principales razones que los llevaron a inclinarse por la enseñanza se destacan dos: cierta estabilidad laboral y de horarios, y la oportunidad de contribuir con la sociedad. Es decir, de influir en el desarrollo de los chicos.

«La primera conclusión es que la ciudad tiene muy buenos maestros y directivos. Es muy destacable el fuerte componente vocacional de los docentes. Luego, al tratarse de encuestas de percepción, algunos resultados como las estrategias de enseñanza o innovación requerirían nuevos estudios para profundizar. Como punto a remarcar, algo que aparecía en otros informes: nuestras aulas suelen ser menos tranquilas que en otros sistemas», le dijo a Infobae Tamara Vinacur, directora ejecutiva de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa.

Otros estudios internacionales también describieron un fenómeno similar, incluso en aulas de todo el país. Las describen como «disruptivas» y por momentos «desordenadas». De allí que los profesores de secundaria afirmen tener que pedir silencio en más ocasiones que el promedio, esperar más de la cuenta para empezar una clase y que perder tiempo debido a las interrupciones.

«Es un punto en el que vale la pena indagar, cómo afrontar esas aulas, incluso desde la formación. Llegado el caso, puede ser un factor positivo tener chicos que participen. Las encuestas se hicieron en 2017 y es interesante ver cómo fuimos avanzando en algunos temas señalados por los docentes: conectividad de las escuelas, capacitación en TICs, infraestructura y foco en los alumnos con discapacidad», agregó Vinacur.

La ciudad participó del estudio que se realiza cada cinco años con una muestra representativa de 133 secundarias y 171 primarias. La tendencia de percepción general es «positiva»: tanto maestros como directores dicen estar preparados, se muestran abiertos a innovar, a aplicar distintos métodos de enseñanza y creen que sus escuelas son lugares seguros, con poco margen para el bullying.

Cómo enseñan

Los profesores porteños manifiestan proponer a sus alumnos ejercicios que involucren pensamiento crítico, incluso muy por encima del promedio del estudio (81,3 contra 61 por ciento) o que no tienen soluciones obvias (60,3 vs. 37,5 por ciento). Las dos actividades más recurrentes en clase son, por un lado, relacionar los nuevos contenidos con los viejos y, por otro, explicitar lo que esperan que los chicos aprendan. La mitad, a su vez, asegura trabajar con proyectos que se extienden en el tiempo. Las prácticas son similares en primaria, pero hay algunas propias a los chicos con los que trabajan, vinculadas a la gestión del aula, como pedir a los estudiantes que sigan las reglas.

9 de 10 directores se declaran receptivos a la innovación en sus escuelas y aseguran dar apoyo a que se implementen nuevas ideas. Al mismo tiempo, el 80% de los profesores considera que sus colegas se esfuerzan en desarrollar estrategias variadas de enseñanza.

Cómo evalúan

Tanto en primaria como en secundaria, casi todos los maestros dicen que evalúan regularmente el progreso de sus alumnos y que se lo comunican. Un alto porcentaje también les devuelve comentarios por escrito, además de la clásica nota numérica. Un rasgo distintivo entre los docentes porteños es que son ellos mismos los que confeccionan las pruebas cuando en el plano internacional no siempre es así.

Cómo es el clima escolar

Los directores coinciden con los profesores en ver a las escuelas como espacios seguros y con buen clima. Asimismo, consideran que tienen buena relación con los estudiantes y que los mismos alumnos se llevan bien entre ellos. Esto así al punto de que solo el 4,6% de los rectores dijo que en su establecimiento se registraron situaciones de intimidación o acoso, muy por debajo de lo reportado por sus colegas de otros sistemas educativos (13% es el promedio). En ese contexto, solo al 12% de los maestros le gustaría cambiar de escuela si existiera la posibilidad.

Qué piden

El principal reclamo es por el salario y es casi unánime. El 88% de los profesores porteños pidió por mejoras salariales, mientras que el promedio global está en 67,5%. La capacitación en el uso de tecnología en el aula es otro de los puntos más referidos, acompañado de tener wi-fi en las escuelas. La adaptación de la enseñanza a alumnos con discapacidad también fue otra de las demandas.

Infobae


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