Ante la nueva realidad de que en las escuelas sanjuaninas desde 2023 habrá educación física mixta, la docente de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, Geraldine Conte Grand, se manifestó a favor de la medida que instrumenta el Ministerio de Educación local. “La vida misma es un encuentro con el otro, tenemos que plantear una educación física mixta con perspectiva de género”, dijo la doctora en Ciencias de la Educación.
“La actividad física, y deportiva en general, tienen infinidades de beneficios: desde el aspecto biológico, que no implica sólo conquistar un cuerpo armónico, hasta el enfoque social. Sabemos que en el proceso de actividad física hay una segregación biológica de hormonas que genera beneficio del placer, del bienestar, pero no sólo en términos individuales, sino sociales. Hay una necesidad de apego con el otro, de un sentido de la solidaridad y de ayuda mutua. Esto es lo que tenemos que tomar fuertemente para poder aplicarlo a la educación escolar de pibes y pibas. La etapa evolutiva, desde que el niño ingresa al proceso de escolarización hasta que es adulto, debe ser mixta, porque la vida misma es un encuentro con el otro, tenemos que plantear una educación física mixta con perspectiva de género. Cuando lo ponemos con perspectiva de género, ahondamos en este enfoque social, en el respeto y en el conocimiento del propio cuerpo y, por ende, del cuerpo de los demás”, argumentó Conte Grand.
Luego señaló que si ya se ha avanzado en la propuesta de Ley de Educación Sexual Integral (ESI), “esta propuesta de educación física mixta es una consecuencia, una propuesta que da continuidad a la ESI”. Y reflexionó: “El trabajo de educación física no es neutral, tiene un componente ideológico porque estamos mirando al ‘otro’, hay un encuentro con ‘el otro’, y si las relaciones sociales son relaciones de poder, también se trata de poder acordar, tener relaciones interpersonales más sanas y evitar la violencia, empezar ya a erradicar la violencia entre los géneros. Este es un espacio común en que tendríamos que avanzar y no pensar con una perspectiva del siglo pasado, en que había contenidos curriculares para niñas y contenidos curriculares para varones. Miremos la historia, miremos qué es lo que nos ha atraído como comunidad sanjuanina a quedar anclados en esta historia y no poder avanzar. Seguimos teniendo una violencia cotidiana, no sólo en las escuelas: es mucho más amplio el tema”.