Especialista asegura que «en educación, hay que favorecer al desarrollo de estrategias mixtas»

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Graciela Wayar. Docente de la Unju y del Instituto de Formación Docente 3, especialista en planificación y política social, opinó que debe haber virtualidad y presencialidad educativa en la pospandemia. Hoy se iniciarán las clases presenciales en Jujuy para alumnos de 7 grado del nivel primario y 5 y 6 del secundario y serán optativas, aunque las clases remotas o virtuales siguen siendo obligatorias.

Ante el inicio de la presencialidad en la educación primaria y secundaria, la especialista en planificación y política educativa, y educadora con 30 años de experiencia en aulas, analizó la etapa de educación en pandemia y la que viene. Sobre ésta etapa estimó que podría haber un apoyo para docentes en esta doble modalidad, por la cantidad de alumnos; una conjugación de saberes de ambos años, y una política integral de conectividad y equipamiento tecnológico.

-Participó de charlas con docentes de varias provincias analizando la educación llevada a lo virtual por la pandemia, ¿cuál es su mirada?

-El tema de la pandemia y esta etapa de aislamiento social ha generado dificultades difíciles de abordar y a nivel nacional se hicieron evaluaciones. En julio se difundió los resultados de la Evaluación Nacional de Procesos de Continuidad Pedagógica, la mayoría que contesta es porque tiene disponibilidad de recursos tecnológicos y porque tiene un gran número de docentes, directores y actores del sistema educativo. Entonces se está tratando de hacer lo posible pero creo que los esfuerzos no son suficientes. Si retomamos los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el 57% de menores de 18 años está en la pobreza en el contexto de Jujuy. Son hogares con menores de 18 años el 6%, y acceso a internet fijo el 45%, según datos de Enacom 2020. Estos datos son complementos de ésta evaluación.

Si uno tiene en cuenta esto es muy difícil dictar clases en forma «no presencial» y tratando de usar otros recursos. Los más afectados son los de nivel inicial porque son los más pequeños. Otro dato importante en el informe de Educar en Tiempos de Pandemia publicado por Cited 2020 es el nivel educativo de los padres: el 50% tiene un secundario incompleto. Entonces cómo hacemos para compensar este «blef educacional» en estos contextos.

Reconozco el esfuerzo docente, porque lo soy, fui directora, maestra dentro del sistema educativo provincial, hago un esfuerzo para la continuidad de los estudiantes a nivel superior; pero con aquellos niños de cinco o cuatro años es muy complicado en condiciones de pobreza. Y si le sumamos una desestructuración familiar por la pérdida de familiares, de trabajo, situaciones de violencia, el contexto social conflictivo, si uno se detiene es difícil poder desarrollar un proceso de enseñanza -aprendizaje de la mejor manera.

-¿Y cómo analiza la propuesta de presencialidad y retorno a clases?

-Yo le tomaría como una decisión no sé si paliativa o simbólica, porque en el corto período de retorno a clases no puede compensar nunca el deterioro de proceso generado durante los ocho meses que tuvimos de distanciamiento. Hay dos condiciones: uno es tener internet o sea el acceso a la conectividad, y otro tener el acceso a los recursos tecnológicos y al estudio a través de los medios tecnológicos. Muchos autores han planteado que siempre hubo inequidad y desigualdad educativa, pero hemos quedado prácticamente desnudos en este contexto especial. Y no es solo la desigualdad de los estudiantes sino de los docentes en todo sentido, y la gran preocupación porque el docente hizo lo imposible para tratar de enseñar. Pero no es suficiente porque tiene que ver con la profesionalización, capacidades desarrolladas que hacen complejo en ciertas habilidades tecnológicas para poder enseñar. Por ahí dicen «vamos a retomar las clases» pero no, las clases se dieron en condiciones según las variables iniciales, porque el contexto no lo permitió.

-¿Esto impactó también en docentes, pero cómo debe seguir?

-Totalmente, las pérdidas de familiares, porque tenemos un índice grande, luego poder enseñar a través de las tecnologías, no es fácil, no todos tenemos un lugar, mantener silencio se hace complejo. A mis alumnas del profesorado les preguntaba con cuántas personas compartían los recursos tecnológicos, celular o computadora, eran entre cuatro a cinco personas. Muchas dejaron de estudiar para dar prioridad al estudio de sus hijos. Es de una complejidad grande lo que está pasando. Hay que empezar a pensar en la reorganización de saberes, contenidos para el año que viene. Los grandes pedagogos dicen que un aprendizaje no aprendido difícilmente se recupera, pero si se puede reorganizar el período lectivo 2020 con el 2021 para tratar de superar estas dificultades y tener en cuenta a los chicos que no han podido tener conectividad que son muchos en nuestra provincia. Esa es la gran preocupación. Para mí el período lectivo no termina en diciembre sino es una continuidad el 2021, para nivel inicial, primario y secundario.

-¿A nivel laboral, la modalidad mixta supone más presión sobre ellos? —Creo que en estos ocho meses tanto el docente y la familia estuvo sometida a un alto grado de presión y estrés porque es un mundo nuevo que se debía incursionar. No porque no se quería sino porque no era prioridad el uso de tecnologías en ningún ámbito. En su momento con el programa Conectar Igualdad se trató de dar cierta relevancia pero no tuvo continuidad, ni la apropiación de los recursos tecnológicos. El nivel de estrés es común a nivel familiar, docente y del estudiante; más la pérdida y todo el contexto no es favorable. Los estudios psicológicos demuestran que hay un deterioro muy grande de presión, de estados de ánimo muy oscilantes. Y los docentes, en el tema salario donde las cosas han triplicado su valor, hay que tratar de bajar tensiones. Los alumnos van aprender los que pudieron acceder, mientras que los que quedaron afuera no pudieron aprender.

-En la nueva presencialidad y virtualidad simultánea, ¿qué sugiere?

-Sería muy bueno que haya algún sistema de apoyatura, porque son los alumnos de séptimo grado, quinto y sexto año, a nivel cuantitativo no son muchos. Yo pensaría en un colaborador que trabaje con el docente en ese tiempo. Y esta disociación que hay entre la vulnerabilidad pedagógica y que sea optativa es medio contradictorio, para ese alumno que no pudo acceder. El asistir a clases un mes no sé cuánto pueda resolver el déficit educativo que ha tenido, no porque el maestro no quiso sino por su situación inicial social-económica no ha sido la mejor.

El fuerte trabajo que tenemos que hacer los docentes es empezar a ver una priorización de saberes interesantes, no un resumen de saberes prioritarios, sino una conjugación de saberes del año y del posterior. Lo único que nos queda es favorecer al desarrollo de estrategias mixtas, porque no sé si vamos a volver a la normalidad, más allá de la vacuna. Muchos autores hablan del sistema híbrido, mixto. Habría que ver cómo nos formamos o actualizamos, y los sistemas de saber. Jujuy también tiene diseños curriculares nuevos que han sido incorporados el año pasado y este año, e implica la apropiación en la práctica docente. No sobreexigiría al docente preocupado por el aprendizaje sino por su propia formación, para que el próximo año estemos en mejores condiciones. Y también una política integral de conectividad y equipamiento tecnológico, porque sin conectividad no se puede.

-¿Hay que planificar entonces?

-Sí, capaz que el inicio lectivo sea antes, se pueden hacer muchas estrategias pedagógicas para compensar y desarrollar el aprendizaje de nuestros estudiantes. En la planificación van surgiendo problemas y hay que ir resolviendo lo urgente y lo importante. No hay que buscar responsables docentes ni padres, nadie quiere hacer las cosas mal sino que muchas veces no se cuenta con las herramientas para poder hacer una mejor tarea. Y las planillas, lo burocrático del sistema, también tiene que detenerse un poco, porque el docente a veces no tiene herramientas.

El Tribuno


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