Educación para el futuro del trabajo: la era de las carreras híbridas

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La complejización del mercado laboral de los últimos 20 años, con inequidad creciente, dificultades de acceso y exigencias de conocimiento, adaptación y talento tanto para empleadores y empleados, comienza a sentirse con fuerza en el sector educativo formal.

Triunfar en el mundo del trabajo exige mucho más de lo que requería hace sólo unos años. Entre 1940 y 1990, para acceder a los altos puestos directivos de una empresa, se requería tener un título habilitante, habilidades interpersonales y capacidad de esquivar las idas y vueltas del mercado laboral.

Hoy a ese ‘pool’ de habilidades, hay que sumarle las que trae la revolución tecnológica, la sociedad de la interactividad y el mundo de las habilidades híbridas. Estas son, la mezcla de las capacidades y conocimientos que antes parecían incompatibles.

Por un lado, la mezcla de carreras «duras» (finanzas, matemáticas, ingeniería); y las «blandas» (humanidades, ciencias sociales, artes, filosofía). Y por otro -y este es un desafío aún más grande- la mezcla de los conocimientos de negocios con habilidades de tecnología.

En el primer caso, basta fijarse en las búsquedas de especialistas en ética y filosofía por parte de empresas como Google. ¿Porqué Google podría querer incorporar filósofos? Es que la empresa de California ya sabe usar algoritmos y hacer que sus vehículos autónomos funcionen y anden por las calles. Lo que necesita ahora es ayudar a esa inteligencia artificial a tomar decisiones correctas bajo presión.

Es el «Dilema del Tranvía»: si un tranvía está fuera de control y usted tuviera una palanca que no sirve para frenarlo, pero sí para desviarlo, ¿hacia dónde lo desvía?, ¿hacia cuatro obreros ferroviarios que trabajan en la vía ó hacia un niño que juega en una vía muerta?

En el segundo caso, porque las empresas de «techies» requieren cada vez más cantidades enormes de ingenieros y licenciadas en sistemas para escalar sus desarrollos, a la vez que ejecutivos de negocios que puedan manejar sus voraces costos fijos y variables, sus complejos márgenes de contribución, la alta rotación de sus ejecutivos y la presión constante de sus accionistas y acreedores para obtener rentabilidad.

De la misma manera, en cerca de 5 años, un excelente Lic. enAdministración de Empresas que no sepa manejar un mínimo de bases de datos o código fuente, tendrá un hueco muy grande en su ‘skillset’ profesional. ¿Quién sabe si en 10 o 20 años, no necesita esas habilidades para no quedar completamente obsoleto u obsoleta?

¿Cómo se maximiza entonces esa fuerza de trabajo tan compleja? La solución de varias empresas e instituciones es la creación de las «carreras híbridas», que combinan en ejecutivos de alta formación profesional lo «mejor de ambos mundos».

Según Alejandro Melamed, especialista en RRHH y director del la consultora Humanize Consulting: «Todo lo que se pueda estudiar que integre carreras es más que bienvenido. El punto es ver cómo conformar carreras que traigan el futuro al presente.»

En ese sentido, una encuesta realizada por Accenture en 2017, el 95% de los ejecutivos encuestados reconocieron que su trabajo requeriría adaptarse y aprender nuevas habilidades; y el 85% sabía que esas habilidades tendrían que ver con el cruce de la tecnología y los negocios. Esto significa que hay una base no necesariamente preparada para enfrentar los desafíos laborales de los próximos 10 a 30 años.

Según el último informe de la consultora Burning Glass, que desde 2015 viene siguiendo este fenómeno laboral -una muestra de aproximadamente 1.000 millones de búsquedas en 250 profesiones distintas-, el fenómeno de las «búsquedas híbridas» se acelera a un ritmo del 10% anual, y estiman que en 2022 tomará el 25% de todas las búsquedas laborales.

Para Matt Sigelman, CEO de Burning Glass -citado en una nota de la revista Fortune-, los reclutadores los llaman ‘ardillas púrpura’: criaturas complejas, remotas y difíciles de conseguir y atraer.

Según Melamed: «Lo fundamental de estas carreras es que, además de enseñar ciertas cosas, permitan aprender a aprender. Que despierten curiosidad, nuevas competencias. No es un tema solamente de habilidades técnicas, sino un tema de habilidades humanas que tengan que ver con la interacción. Entonces, más allá de cualquier carrera, lo más importante es ayudar a que los alumnos descubran que el mundo es diferente, que aunque no sabemos cómo va a ser, sí tenemos una certeza: no va a ser como el que tenemos hoy».

Habrá que ver cómo en los próximos años… no, no años, no tenemos años… en los próximos meses, la academia, los gobiernos y las empresas empiezan a trabajar juntos para resolver este nuevo problema.

Por Patricio Cavalli, profesor de la Universidad del CEMA

IProfesional


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