Debate presidencial: La educación no fue prioridad

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El primer debate presidencial nos ha dado la oportunidad de escuchar a los distintos candidatos a la primera magistratura del país hablar de temas cruciales para la República. En ese marco hubiese sido deseable que el tema educación tuviere mayor relevancia. No la tuvo ya desde el diseño.

Se unió el tema Educación con el tema Salud y de algún modo así se le restó la importancia a debatir sobre el verdadero riesgo país de Argentina. En una nación donde la pobreza hace estragos en los menores de edad y le coarta condiciones de educabilidad a millones de alumnos, donde el cincuenta por ciento no termina la escolaridad obligatoria en tiempo y forma, donde el 70% no puede resolver ejercicios simples de matemáticas y donde la inequidad educativa es mayúscula, el riesgo a futuro está en los niños y niñas que no logran aprender, pero eso no surgió en el debate de la Universidad del Litoral, pese a haber surgido el miércoles pasado en el Foro Anual de Educar 2050 de la materia donde diferentes representantes de oficialismo y oposición debatieron al respecto.

Los candidatos tuvieron sí, en el debate de ayer, un espacio para hablar del tema pero reducido y sin discusión de fondo. Los candidato Lavagna, Fernández y Del Caño hicieron hincapié en el incremento de la pobreza en los menores en edad escolar durante la gestión de Macri y vincularon el tema con la Educación como factor de cambio. Espert, Del Caño y Lavagna presentaron propuestas disruptivas con el sistema actual. Espert propuso declarar a la educación como servicio público esencial, cambiar el estatuto docente, criticó a los sindicatos y propuso arancelar la universidad pública. Lavagna y Del Caño coincidieron en su propuesta de centralizar la educación lo que supone modificar las leyes actuales, donde depende de las provincias y CABA. Fernández y Del Caño criticaron a Macri y su gestión de la educación pública.

Del Caño lo llamó “enemigo de la educación” y recordó a los docentes muertos en Moreno, provincia de Buenos Aires. Fernández se comprometió a  prestarle la “mayor atención a la Educación y a la Ciencia y Tecnología” manifestando que “la baja del presupuesto de Macri y su desprecio por la escuela pública es algo inadmisible si se quiere un futuro mejor para la patria”. Macri habló de la robótica en el jardín de infantes y en la importancia de los datos de las pruebas Aprender, sin perjuicio de considerar muy malos a los resultados obtenidos. Hizo hincapié en una mejora en primaria en Lengua y mencionó un programa para mejorar  Matemática en el futuro y llegar con internet a las escuelas. Gómez Centurión habló de un estado fallido en educación y pidió restaurar el salario de los maestros y la jerarquía de la escuela pública así como abogó por un calendario de 190 días de clase.

Hubo alguna otra mención y críticas pero poca discusión sobre el “cómo”. Alberto salió a ganar el debate, Macri a no perderlo obviamente es difícil sintetizar en unos minutos un plan educativo y mucho más si esos minutos son también para hablar de salud pero el debate fue pobre en propuestas reales. No se habló de secundaria y sus problemas de deserción ni tampoco que hacer para cumplir la Ley de Educación Nacional y las obligaciones de jornada extendida o de inversión, o de las obligaciones asumidas de calidad y de equidad educativa. El artículo 3 de esa ley dice que la Educación es prioridad nacional. En el debate de ayer no lo fue y es de esperar más tiempo y profundidad en el futuro para un tema central y crítico del desarrollo nacional.

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