La semana pasada se presentó en el Congreso Nacional el proyecto de ley que busca actualizar la Ley 24.521, de Educación Superior (LES), con el fin de adecuar los derechos colectivos de los pueblos originarios y afrodescendientes. La iniciativa pretende encaminarse hacia una reparación histórica y trabajar específicamente con un presupuesto que permita promover políticas de inclusión educativa.
En ese sentido, el proyecto toca sobremanera a Salta, pues la provincia se caracteriza por ser territorio marcado por el bilingüismo y el plurilingüismo y con una significativa y valiosa diversidad cultural. Además, la incumbencia también se centra en que existen sólos dos universidades en el territorio: la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y la Universidad Católica de Salta (UCaSal), y una Dirección General de Educación Superior, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta.
Salta/12 dialogó con distintos actores que coincidieron en la necesidad de insistir en políticas reparadoras, dado que el ámbito académico se caracteriza por no incluir la diversidad cultural, sino que sostiene paradigmas que se asientan únicamente en saberes científicos y normados.
El proyecto dispone la modificación e incorporación de incisos a cuatro artículos de la Ley. Un caso es el cambio en el artículo 2, que abordará la promoción de «políticas de inclusión educativa que reconozcan igualitariamente las diferentes identidades de género y de los procesos multiculturales e interculturales, en particular para los miembros de los pueblos indígenas y afrodescendientes, contemplando su desarrollo individual y comunitario”.
Actualmente la legislación «no recepta los derechos referidos por la Constitución Nacional, con respecto a pueblos indígenas y afrodescendientes», ya considerados, por ejemplo, en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, el Pacto Internacional Derechos Económicos y Sociales.
En Salta, al menos se hablan 9 lenguas indígenas: aymara, chané, chorote, chulupí, guaraní, quechua, tapiete, toba/qom, wichí; y conviven 15 pueblos indígenas, que son Atacama, Ava Guaraní, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita-calchaquí, Guaraní, Kolla, Iogys, Lule, Tapiete, Tastil, Toba Qom, Weenhayek y Wichí.
«La actual LES, incluye género y discapacidad, pero nada dice, sobre pueblos indígenas y afrodescendientes, y esto es discriminatorio, situación que ha sido observada y señalada para Argentina», expone el proyecto que fue presentado por la diputada saliente por Salta, Alcira Figueroa (Frente de Todos). En ese sentido, se instó a priorizar la inclusión del paradigma de la diversidad cultural para erradicar la invisibilización de los pueblos como sujetos colectivos, ya que, la no mención naturaliza dichas prácticas.
Figueroa aseguró que las modificaciones propuestas están orientadas a incluir las demandas colectivas y el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas entre las instituciones universitarias y superiores no universitarias. Así también apuntó a que los planes de estudios deben ser actualizados, pues no grafican una pertinencia cultural
El proyecto de ley surgió en el 2021, como una propuesta de Actualización de la Ley de Educación Superior (LES), originalmente elaborado a solicitud de la Cátedra de UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Por ello, a lo largo de este año, se realizaron distintas reuniones con Universidades Nacionales, referentes indígenas, docentes e investigadores junto a organismos nacionales y de derechos humanos.
En un nivel más utópico, Figueroa anheló que en algún momento puedan establecerse universidades indígenas, como ya existen en otros países latinoamericanos, casos de Ecuador y Colombia. En esa comparación, la legisladora dijo que Argentina «está atrasada en una educación indígena» porque «vemos cómo se sigue hablando de la colonización como un evento natural».
«Hay que hacer una revisión específica y llevar esas discusiones a las universidades de nuestros país», agregó. Si bien Figueroa dejó su banca ayer, dijo que la presidenta de la Comisión de Educación, Blanca Osuna, tomó el compromiso de continuar el tratamiento del proyecto.
«No (se) deja lugar al paradigma de la diversidad»
Una de las participantes que estuvo en las discusiones fue Alejandra Bergagna, coordinadora de la Comunidad de Estudiantes Universitarios de Pueblos Originarios (CEUPO) de la Univesidad Nacional de Salta (UNSa). La docente afirmó que la centralidad en la actualización, responde a la urgencia de garantizar el cumplimiento de los derechos a los estudiantes indígenas y que «hoy no se están cumpliendo».
«La permanencia es el núcleo más duro que deben sortear los estudiantes pertenecientes a los pueblos originarios», precisó. Algunas de las razones que expuso Bergagna, es que no se reconoce el derecho a la pertenencia cultural de los estudiantes y tampoco se da lugar a la diversidad de conocimientos, pues «muchas veces terminamos reproduciendo situaciones con una misma lógica colonizadora, que trabaja el paradigma de la normalidad y no deja lugar al paradigma de la diversidad«.
Eso lleva a situaciones de estrés y mucha tensión para los jóvenes ya que los conocimientos que arrastran desde sus territorios, en la mayoría de los casos, deben dejarse de lado por un único conocimiento avalado en las universidades. «Tiene un componente de racismo estructural», expresó la profesora, por lo que sostuvo que es imperioso avanzar en el proyecto para garantizar el derecho a la eduación y generar una modificación sustancial en la condición de vida de las comunidades.
Bergagna, consideró que la actualización de la ley es central para insistir en la puesta en práctica del artículo 75, inciso 17 de la CN, que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. A modo de ejemplo, aseguró que el primer choque que tienen algunos estudiantes refiere al uso de la lengua materna. «Los jóvenes que vienen de comunidades más alejadas de los centros urbanos, tienen que hacer un gran esfuerzo para comprender un idioma que no es propio», agregó.
CEUPO se creó en 2009, con el objetivo de acompañar a jóvenes que se autoperciban como integrantes de pueblos originarios. De allí, se dispuso un tutor, que es un estudiante avanzado, en cada una de las unidades académicas de la UNSa. El propósito es visibilizar la presencia de otros estudiantes en el predio, además de acompañar sus trayectorias académicas.
Una de las tutoras es Magdalena Salas, estudiante de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud, quien pertenece a la comunidad kolla La Poma, de Jujuy. La joven recordó su primer año en la universidad salteña y aseguró que ese andar se complicó porque «la carrera implicaba palabras y procedimientos técnicos», que eran totalmente ajenos a sus prácticas culturales.
Un ejemplo claro fue la práctica del parto. Mientras que en la carrera le daban a conocer los procedimientos técnicos; Salas, sólo tenía presente que si una mujer estaba en su labor de parto, debía tener a su hijo en su casa. «Es un parto naturalizado, desde la casa y acompañado por un familiar con la posibilidad de que nos sientamos cómodas», indicó.
Por eso desde CEUPO, además se llevaban adelante distintas actividades de difusión y recreación para reflejar la pertenencia cultural. Salas dijo que se percibía que los profesores únicamente estaban amparados con una base científica y «no nos permitían dar nuestra opinión de cómo hacíamos ciertas cosas en nuestras comunidades».
Siguiendo con el ejemplo mencionado, ese cierre al diálogo después se veía reflejado en las prácticas dentro de los propios hospitales, sean públicos o privados, ya que existía un maltrato e imposición de saberes. Para Salas, ello provoca que muchas personas originarias decidan no acceder al sistema de salud pública. «Se sienten abandonados, desorientados», dijo.
Aún así, no desconoció que después de más de 10 años de existencia de CEUPO, sí se generaron cambios pues varios docentes abrieron las puertas para generar un intercambio de las culturas. Pero «no es suficiente», por lo que aseguró que debe dar una mayor apertura en la universidad. Se estima que en la UNSa, son más de 400 los estudiantes que cursan distintas carreras.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), tuvo su asamblea el 29 de marzo de 2021, compuesta por las y los rectores de las 57 universidades estatales, donde se resolvió expresar el respaldo a la propuesta de actualización de la LES.
Sentar las bases
El coordinador del área de Educación Rural e Intercultural Bilingüe de la provincia, Álvaro Guaymás, aseguró que se debe sentar bases concretas para que las universidades y direcciones de educación superior dependientes de los Ministerios, apoyen, en algunos pocos casos, y en muchos otros, promuevan políticas de inclusión educativa. El fin es «reconocer igualitariamente a los pueblos indígenas y afrodescendientes, contemplando su desarrollo individual y comunitario».
Para ello, se debe dar una participación efectiva de los pueblos indígenas y afrodescendientes en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas de formación profesional y técnica que ofrecen las universidades y los Institutos de Educación Superior. Por ello, el proyecto marca la importancia de que desde el Estado se aseguren los recursos materiales y económicos suficientes, para el desarrollo de carreras de grado y posgrado, como así también la formación docente inicial y continua.
Guaymás, recordó que Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero, han avanzado en la formación profesional de docentes a partir de la inclusión de la interculturalidad y la lengua en el curriculum. Y sobre todo, en Chaco y Salta, existe la formación de profesionales de la salud a partir del enfoque intercultural y bilingüe. Desde la Coordinación y el Instituto Nacional de Formación Docente, se inició un proceso de consulta y fortalecimiento de estas propuestas de formación docente.
Hoy «la actual ley omite y vulnera el mandato constitucional», aseguró. Por ello es «necesario aplicar un presupuesto concreto para abrir paso a una reparación histórica». Aún así, dijo que se han dado algunos avances. Sólo durante la pandemia se graduaron más de 70 jóvenes de las carreras técnicas y formación docente de Salta.
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