Una campaña nacional busca reconocer a los grandes docentes del país

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En las ciudades más grandes como en aquellos parajes más remotos, miles de maestras y maestros transforman la vida de los más de 12 millones de estudiantes argentinos que llegan a su escuela para desarrollar un acto extraordinario: el aprendizaje.

Con su denodado trabajo, compromiso y pericia, cada docente va reconociendo lo que cada estudiante es capaz de ser en una hazaña silenciosa que marcará el destino del alumno y la de la comunidad en la cual forjará su futuro.

Pero esos grandes docentes, que recordaremos de por vida, no siempre tienen su merecido reconocimiento. Es por esta razón que una campaña nacional, liderada por Fundación Varkey y MDZol, busca concientizar sobre la importancia de la tarea docente con historias y rostros reales. El objetivo de la iniciativa es que toda la sociedad reconozca la importante labor que tienen estos maestros y los acompañe en esta importante misión.

Para lograr ese objetivo, se abrió un proceso donde la sociedad podía “nominar” a un gran docente. De esa gran convocatoria que recibió más de 400 docentes de todo el país, un comité eligió a cinco finalistas cuyos rostros pasarán a formar parte de miles de espacios en vía pública, en septiembre, durante el mes de la educación. Llevar a los docentes a las calles, es una excusa para hablar de todos los grandes educadores que tenemos en el país, del talento que requiere la profesión y de la centralidad de su rol para la sociedad.

DOCENTES FINALISTAS DE LA CAMPAÑA NACIONAL. FOTOS: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

Agustín Porres, director regional de Fundación Varkey, expresó: “¿A quién queremos reconocer como sociedad? ¿Nos preguntamos eso? Si decimos que los docentes son la pieza fundamental de la sociedad, ¿a quién vamos a celebrar? Si queremos transformar la sociedad, empecemos por la educación: escuchemos la voz de sus docentes, acompañemos su trabajo y reconozcamos su tarea”.

Las historias

Martín Vera trabaja en dos escuelas de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, donde dicta clases en tercero y cuarto grado. Desde los 12 años sabía que quería ser maestro. Martín reconoce que Donato, su hijo con autismo, le cambió la perspectiva de la tarea docente. “Antes de Donato era un tipo de docente, ahora soy otro”, afirma. Sin buscarlo, Vera se ha convertido en un verdadero referente TEA (trastorno del espectro autista), impulsando la organización de padres y familias autoconvocados “TGDPADRESTEA” Avellaneda, Red Federal.

A pesar de lo desafiante de su contexto, Martín disfruta cada momento con sus estudiantes y destaca la importancia de que puedan reír mientras aprenden. Para Vera el gran desafío no está sólo en lo disciplinar de las materias, sino en que sus estudiantes se formen como personas de bien. Su sueño es que los docentes estén capacitados para trabajar con todos los alumnos en una escuela que abrace. Martín afirma: “Los chicos nos miran. Debemos ser ejemplo en todo.”

MARTÍN VERA, TRABAJA EN DOS ESCUELAS DE AVELLANEDA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. ES UNO DE LOS 5 DOCENTES FINALISTAS. FOTO: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

Marianela Colantuono se levanta todos los días a las 5.15 de la mañana. Desde su casa de Liniers viaja en transporte público a su escuela en Belgrano, CABA, donde da clases a cuarto grado en doble turno, de prácticas del lenguaje y ciencias sociales.

Marianela reconoce que ella y sus estudiantes llegan cada día a la escuela con su propio bagaje de problemas. Sin embargo, la escucha atenta y un abrazo puede significar un nuevo comienzo del día. La madre de uno de sus alumnos fue quien la nominó, por ser alguien que “va más allá de la clase y se ocupa de las familias, de saber cómo están”.

Marianela expresa: “Si yo no estoy motivada como docente, es difícil que ellos puedan estarlo como estudiantes”. Su sueño es que todas las escuelas sean de calidad y para todos. Y concluye: “La escuela tiene que ser un lugar donde los chicos quieran volver”.

MARIANELA COLANTUONO TRABAJA EN UNA ESCUELA EN BELGRANO, CABA. FORMA PARTE DE LOS CINCO DOCENTES FINALISTAS. FOTO: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

Marina Zamora tiene 28 años y es docente en una escuela rural pequeña. La localidad más cercana es Rama Caída, Mendoza. En su clase reúne estudiantes de sexto y séptimo grado. Su directora fue quien la nominó.

Marina reconoce que, aunque al principio le costó, pero hoy está enamorada de su profesión y que por nada del mundo le gustaría tener que abandonar el aula. Actualmente trabaja mucho con Aprendizaje Basado en Proyectos y afirma que el diseño curricular de Mendoza le permite ser innovadora en sus clases. “Los docentes tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar la vida de nuestros estudiantes y de la sociedad. Y por esa razón tenemos que capacitarnos constantemente y dejar todo en la tarea”, afirma Zamora.

MARINA ZAMORA TIENE 28 AÑOS Y ES DOCENTE EN UNA ESCUELA RURAL DE MENDOZA. ES FINALISTA JUNTO A OTROS CUATRO DOCENTES DE ESTA CAMPAÑA NACIONAL. FOTO: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

María Cecilia Sas comenzó a trabajar en el ámbito rural y hoy lo hace en un colegio parroquial de la localidad de Villa Cañas, provincia de Santa Fe. Allí es docente de Matemáticas y Ciencias. No enseña para dos o tres alumnos, sino que lo hace para todos.

Cecilia considera que la familia y la escuela deben trabajar codo a codo, pues es la única manera de que funcionen: acompañándose mutuamente. Con ellos promueven viajes de estudios y diversas iniciativas como conectarlos con científicos.

“¿Cómo despierto el interés por las Matemáticas? Hago chistes, apelo a refranes, busco juegos, anécdotas y vinculo lo que estoy queriendo enseñar con situaciones cotidianas, que puedan vivir ellos. Y finalmente, me ocupo de explicarles el sentido real del contenido que voy a enseñar, para qué les puede ser útil o en qué momento pueden aplicar lo aprendido. Para ello es clave conocer a cada estudiante. Una vez que tengo su atención, empiezo a jugar con los números de manera diferente, saliéndome del libreto”, afirma Sas.

MARÍA CECILIA SAS TRABAJA EN UN COLEGIO PARROQUIAL DE LA LOCALIDAD DE VILLA CAÑAS, SANTA FE. ES UNA DE LAS FINALISTAS DE ESTA CAMPAÑA NACIONAL. FOTO: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

Miguel Ángel Quevedo se levanta a las 5 de la mañana y maneja 30 kilómetros para abrir las puertas de su escuela técnica de la ciudad de Córdoba. Miguel Ángel recuerda que la estuvieron a punto de cerrar por una mala gestión y se organizaron con los docentes para alcanzar una tecnicatura a nivel nacional, la primera especializada en Madera y muebles.

Quevedo reúne en su sangre la pasión por la carpintería y la docencia, oficios que fue perfeccionando hasta convertirse en un gran referente para los chicos de 6to año y su comunidad. Sin embargo, reconoce que no está sólo, sino que la enseñanza se trabaja en equipo.

“De nada sirve tener un aula llena si vos no llegas afectivamente a los chicos. Por eso mis clases no son teóricas, son una charla con ellos, poniéndome en su lugar y en aquello que yo disfrutaba como estudiante”, afirma este docente que antes de terminar el secundario ya estaba dando clases.

En septiembre, Miguel cumple sus 60 años y mientras alcanza la edad para jubilarse, sus colegas, especialmente quien lo nominó, no se imaginan la escuela sin él.

MIGUEL ÁNGEL QUEVEDO DICTA CLASES EN UNA ESCUELA TÉCNICA DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA.ES UNO DE LOS 5 DOCENTES FINALISTAS. FOTO: FUNDACIÓN VARKEY / MDZ

Fuente: MDZol.com


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