Según el INFoD, estas son las 6 competencias que deberá tener un docente

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Durante todo 2017, el Instituto de Formación Docente (INFoD) avanzó junto a los ministerios provinciales en la elaboración de un documento que consigna cuáles son las competencias que un docente debe tener. En el último Consejo Federal, se materializó el marco referencial.

«El marco viene a complementar los diseños curriculares de los profesorados de cada una de las provincias. Hasta el momento estaba más centrado en el ‘qué tiene que saber un maestro que se gradúa’. Ahora apuntamos a definir el cómo, a definir ‘qué tiene saber hacer un docente cuando egresa'», explicó Cecilia Veleda, directora ejecutiva del INFoD.

El nuevo desafío que surge ahora -continúa Veleda- es plasmar las conclusiones en la realidad. Tras ese objetivo, trabajarán junto a los gobiernos provinciales para orientar las enseñanzas en los profesorados y que la formación teórica se articule con prácticas en escuelas.

Al repasar las 6 grandes competencias -30 si se observa pormenorizadamente-, se detectan algunas capacidades que parecen obvias, que cualquier maestro debe tener. «Sucede que antes no estaban explícitas. Según de cual se trate, hay capacidades que están cubiertas, pero la confección del marco implica un gran paso para que los estudiantes de profesorados sepan qué es lo que van a tener que saber hacer», sostuvo la funcionaria.

 1) Dominar los saberes a enseñar

Más allá de que puede resultar evidente, se buscará que los formadores se «apropien» de los conocimientos académicos que después transformarán en contenidos curriculares. Eso quiere decir aprender incluso más de lo que luego van a enseñar.

Una vez incorporados los conceptos, los docentes tendrán que poder «producir versiones del conocimiento a enseñar adecuadas a los requerimientos del aprendizaje de los estudiantes». En los hechos, implica seleccionar y jerarquizar los contenidos de modo de favorecer el aprendizaje.

2) Actuar de acuerdo con las características y diversos modos de aprender de los estudiantes

Se trata de lograr individualizar las necesidades de cada alumno y no de enseñar igual para todo un curso. Se busca atender distintos criterios como procesos evolutivos, discapacidades, circunstancias socioculturales, si tienen alcance a recursos tecnológicos o no.

3) Dirigir la enseñanza y gestionar la clase

En primer lugar, plantear objetivos de aprendizaje. Luego, valerse de los recursos didácticos y tecnológicos para lograr esas metas. Se le pedirá al maestro que sepa tomar decisiones sobre la administración de los tiempos, los espacios y los agrupamientos de los estudiantes. También de atender los distintos ritmos de avance a la hora de diseñar estrategias de aprendizaje.

Otro punto que se exigirá es ampliar la mirada de la evaluación. Hacer diagnósticos, identificar errores sistemáticos, ofrecer feedback a los estudiantes y que esa evaluación no sea solo un examen escrito. Poner en práctica distintas vías que les permita a los chicos mostrarse . Por último, deberán seguir la trayectoria de los alumnos para comunicárselas tanto a ellos como a sus padres y directores de la escuela.

4) Intervenir en la dinámica grupal y organizar el trabajo escolar

Apunta a mejorar la convivencia en la escuela. Sostener un clima de respeto entre los alumnos y poder resolver los conflictos que se presentan. Además, plantea la necesidad de fomentar que los alumnos formulen preguntas, expresen sus ideas e intercambien opiniones.

5) Intervenir en el escenario institucional y comunitario

Primero identificar las características propias del contexto en el que está inmerso la escuela para después diseñar e implementar experiencias que reivindiquen ese patrimonio cultural. A su vez, los docentes tendrán que mantener contacto fluido con las familias y en la elaboración de proyectos interdisciplinarios vinculados a la realidad de la comunidad.

6) Comprometerse con el propio proceso formativo

El marco remarca la importancia de la formación continua una vez terminado el profesorado. «Analizar las propuestas formativas del Instituto y las escuelas asociadas para identificar fortalezas y debilidades», insisten.


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