Esta semana se anunció una buena noticia en lo que refiere a la agenda educativa nacional: el lanzamiento de la Red Federal de Alfabetización.
«El secretario de Educación, Carlos Torrendell, encabezó el lanzamiento de la Red Federal de Alfabetización, que servirá para articular a los representantes técnicos de las 24 jurisdicciones con la autoridad nacional en la implementación y desarrollo de los diversos planes estratégicos, al igual que brindará acceso a valiosos recursos formativos de la mano de expertos nacionales e internacionales, entre otros beneficios.»
La resolución CFE N° 471/2024[2], Compromiso Federal de Alfabetización – Plan Nacional de Alfabetización, expresa entre sus puntos fundamentales, la creación de una Red Federal de Alfabetización, a través de la cual la Secretaría de Educación articula con las 24 jurisdicciones para acompañar la implementación y el desarrollo de los planes estratégicos. Definición que se desprende de un acuerdo previo, de febrero de este año, donde se pactó afrontar a nivel nacional un plan de alfabetización que en cada jurisdicción tendrá sus particularidades contextuales (Res. N° 465/24).
El documento describe una situación ya conocida y preocupante respecto a los bajos niveles de aprendizaje reflejados en las evaluaciones.
Cito el documento: «Respecto a los desafíos y las dificultades, se observa que la situación de los desempeños en torno a la adquisición de capacidades en habilidades lingüísticas o competencias en el ámbito del lenguaje se ha deteriorado fuertemente en los últimos años. Este deterioro progresivo se evidencia en la información disponible para el Nivel Primario y se acentúa al analizar los desempeños en el Nivel Secundario, lo que da cuenta del carácter secuencial de la adquisición de competencias. Las falencias en el conocimiento acumulado en el Nivel Inicial y la escuela primaria condicionan negativamente la adquisición de conocimientos y competencias más complejas en el Nivel Secundario.
En Aprender 2016 (la última medición nacional (Aprender) para 3° grado se realizó en el año 2016), 4 de cada 10 estudiantes de 3° grado se ubicaron en el nivel Básico o menor de desempeño, presentando mayores dificultades en la capacidad «Interpretar». Por su parte, en el ERCE (Estudio Regional Comparativo y Explicativo aplicada en América Latina y el Caribe para medir el aprendizaje de los estudiantes en distintas áreas, desarrollado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe) 2019 casi la mitad (46%) de los estudiantes de 3° grado se ubicaron en el Nivel de desempeño más bajo, dando cuenta de dificultades para trabajar con información que no es explícita o está destacada. Estos resultados para 6° grado mostraron una situación extremadamente preocupante. El 70% de los estudiantes en la Argentina no alcanzaron el nivel mínimo de competencias que se considera aceptable en esa etapa de la escolaridad. Los mismos estudios evidenciaron dificultades para trabajar con las ideas implícitas o secundarias de los textos, lo cual dificulta la capacidad de los alumnos de realizar inferencias cuando las claves no son evidentes. Esto es un obstáculo para comprender globalmente los textos porque impide comprender su sentido.
En el Nivel Secundario, los resultados de las pruebas PISA 2022 van en el mismo sentido que los de Aprender. Aunque en esta prueba se observa desde el año 2009 una estabilidad en el puntaje promedio obtenido del país, más de la mitad (55%) de los estudiantes argentinos se ubican en el Nivel 1 o inferior y no alcanzan el nivel mínimo de competencia establecido por PISA. Además, solo el 6% lograron desempeños de Nivel 4 o superior».
Queda claro lo mal que estamos.
Nuestros niños y nuestros jóvenes en la escuela obligatoria primaria y secundaria están aprendiendo poco o menos de lo esperado y competencias básicas como la lectura y la escritura se han vuelto evidentemente un desafío.
A esto debemos sumarle que ese reto se vuelve más significativo en las clases humildes, ya que los niños pobres (a nivel global) son los más perjudicados si el nivel educativo es bajo y un dato importante a considerar: son estos mismos niños pobres los que menos acceden a los beneficios de la educación pública.
Tremenda paradoja esa que pone en cuestionamiento el modo en que estamos haciendo llegar a nuestra infancia y juventud más desprotegida los recursos para educarlos y, por ende, brindarles mayores oportunidades de realización y progreso.
Un informe de las Naciones Unidas muestra esta cruda realidad que desmiente tantos discursos pomposos de las agendas políticas: «Estamos fallándole a los niños. Demasiados sistemas educativos de todo el mundo invierten lo mínimo en los niños que más lo necesitan», declaró Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
Fallarle a los niños es fallarnos a nosotros mismos y condenarnos a un mundo no solo más injusto sino también más precario. Y, por lo tanto, más perecedero.
Ojalá Argentina realmente comience un camino de mejora en la calidad educativa, que se sostenga en el tiempo y que vaya más allá de los intereses políticos del momento.
Dice el documento de la resolución 471/24 sobre el Plan de Alfabetización y respecto a una Política de Evaluación para Alfabetización: «El operativo Aprender para primaria será en noviembre de este año y se evaluará a los alumnos de tercer grado en el área de Lengua, la prueba será muestral y tendrá representatividad nacional, jurisdiccional, por ámbito y sector de gestión. Este dispositivo tiene como objetivo relevar y analizar las dimensiones vinculadas con el proceso de alfabetización, con foco en la lectura
Por otra parte, se anunciaron detalles relativos al Relevamiento Docente 2025, que incluirá a todo al personal docente y no docente que preste servicio en establecimientos educativos de todas las modalidades y nivel educativos, exceptuando el nivel universitario, de todos los sectores de gestión y ámbitos. El objetivo de este relevamiento es generar información sobre el personal, a fin de conocer mejor algunas características como las demográficas o sobre su trayectoria formativa y profesional».
Evaluar es una buena decisión. Tanto a los estudiantes como a los docentes y no docentes.
Retornar a lo básico, que es aprender a leer y a escribir, requiere de un sinceramiento respecto a los métodos de enseñanza, medir resultados en períodos cortos y también evaluar las propias calificaciones de los docentes. Así como estar dispuestos a aprender entre provincias, sin importar quien gobierne en cada territorio jurisdiccional.
Y es también un compromiso de toda la sociedad respecto a que educación estamos procurando para lo más valioso que tenemos: nuestros hijos, nuestros nietos, nuestro presente y nuestro futuro.
Me entusiasma la iniciativa, me da esperanzas. Igualmente, habrá que estar atentos a cómo se implementa y hacia dónde vamos orientando las decisiones.
Se vuelve indispensable un debate nacional amplio sobre la educación actual.
El último Congreso Pedagógico fue en el año 1984…ya es tiempo de discutir algunas cuestiones.
Especialista en temas educativos Isabel Bohorquez
Fuente: Memo.com