Luis Garcés: “Hay que enseñar todo, a todos, todo el tiempo”

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La gratuidad en el acceso a las universidades argentinas era ya un deseo que había manifestado, por ejemplo, la Reforma Universitaria de 1918 en Córdoba. Sus protagonistas cuestionaron el carácter arancelado y elitista del ingreso a las instituciones públicas. Eran esos (y los anteriores) tiempos en que sólo las clases altas y medias acomodadas podían estudiar. Durante los años 30 y 40 del siglo XX expresiones estudiantiles, docentes, culturales y políticas militaron para democratizar el acceso a la educación superior. Este día se celebra 75 años de gratuidad en el acceso a las Universidades argentinas porque ello se alcanzó con el Decreto Presidencial N° 29.337 el 22 de noviembre de 1949.

Posteriormente, aprobada bajo el Nº 14.297 en 1954, la Ley Orgánica de Universidades fue la primera norma propiamente educativa sancionada por el Congreso nacional, la cual incluyó la gratuidad universitaria.

“No es poco que en los primeros cinco años desde que se sancionó la gratuidad la matrícula universitaria haya aumentado el 72 por ciento en Argentina. Y que, además, la gran expansión de la cultura argentina durante estos 75 años, más allá de los declives más recientes y procesos autoritarios intermedios, se debe, en gran medida, a esto. Lo que hay que tener en cuenta, sobre todo hoy que tenemos amenazas frente a la gratuidad universitaria, es que la educación es un derecho y no hay ninguna posibilidad de ejercicio de un derecho cuando no es gratuito para todo el mundo. Hay que volver a la máxima de Juan Amos Comenius, gran pedagogo del siglo XVII, ‘hay que enseñar todo, a todos, todo el tiempo’. Para eso hay que seguir luchando por la gratuidad universitaria”, consignó Luis Garcés, doctor en Educación, docente de la UNSJ mandato cumplido y autor del libro “La educación después del Estado-nación” (2017).

Golpes

Luego del golpe de Estado de 1955 que derrocó al gobierno justicialista se eliminaron las menciones a la gratuidad de la educación superior. Ahora, las Universidades, en el marco de su autonomía, podrían fijar aranceles y regular sus políticas de ingreso. En 1973, el gobierno democrático eliminó los aranceles y las tasas académicas implementadas en los años sesenta y principios de los setenta. Por supuesto, entre 1976 y 1983 (última dictadura cívico militar), el acceso a las Universidades sufrió fuertes golpes. En 1975 había más de 487 mil estudiantes, mientras que, en 1980, cien mil menos. Más tarde, con la vuelta a la democracia en 1983, las universidades argentinas eliminaron el cobro de aranceles.

Resguardarse

En 2015 la Ley N° 27.204/15 fijó taxativamente que “los estudios de grado en las instituciones de educación superior de gestión estatal son gratuitos e implican la prohibición de establecer sobre ellos cualquier tipo de gravamen, tasa, impuesto, arancel, o tarifa directos o indirectos”.


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