La tecnología es común denominador de las tendencias que fortalecerán la educación en 2023. Esto es parte del proceso de digitalización escolar que se profundizará el próximo año con nuevas oportunidades de mejora impulsadas por la inteligencia artificial, big data y automatización.
En los últimos años la virtualidad ganó protagonismo en la vida cotidiana y el sector educativo fue uno de los más impactados porque debió reconfigurar hábitos y dinámicas para sostenerse en el mundo digital.
A medida que en los colegios se resolvían las necesidades más urgentes con videollamadas y actividades virtuales, empresas de desarrollo tecnológico comenzaron a integrar los beneficios de la tecnología en otras áreas de la educación, por ejemplo: digitalizando los procesos de gestión y administración, evaluando con resultados inmediatos o comunicándose con las familias de forma automática y directamente al celular. El sector EdTech, además de haber experimentado un crecimiento exponencial durante la pandemia, continúa enfrentando algunos desafíos que también evidencian cómo se transformará el ecosistema en los próximos años. El informe «Tecnología educativa en América Latina y el Caribe», elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo, destaca la importancia de que la digitalización forme parte del proyecto institucional de las escuelas y colegios.
Mientras que referentes del sector aseguran que las iniciativas para incentivar el uso de soluciones digitales pueden verse limitadas por algunos factores a la hora de tomar decisiones. En este sentido, destacaron la importancia de identificar las necesidades del colegio, buscar las tecnologías más acordes con esas necesidades, medir el impacto de los procesos evaluativos para mejorar la implementación y definir los objetivos alcanzables a mediano y largo plazo.
Hay tres tendencias que los colegios pueden implementar para mejorar la experiencia en las aulas y que serán clave en 2023: Diagnósticos de los aprendizajes con inteligencia artificial. Mediante plataformas tecnológicas se puede relevar el nivel de comprensión lectora y matemática de los estudiantes, por medio de diagnósticos adaptativos al nivel del niño o niña. Detectando exactamente las fortalezas y debilidades de cada estudiante con el fin de generar acciones pedagógicas personalizadas. Un análisis sostenido de los resultados permite contar con panoramas generales y particulares para generar actividades pedagógicas que mejoren las oportunidades de los estudiantes.
Uso de datos para la toma de decisiones. En Latinoamérica se volvió esencial la utilización de la tecnología Big Data por medio de plataformas que analizan la información que releva cada colegio sobre sus estudiantes y la sincronizan con datos estadísticos del país que surgen de los organismos públicos. Este cruce de información permite revisar resultados, detectar patrones y predecir tendencias en pos de nivelar los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, de acuerdo a la cantidad de ausencias y de incumplimiento de tareas de un estudiante se puede detectar la posibilidad de repitencia o de deserción escolar y actuar a tiempo para detenerlos.
Digitalización de la gestión. La pandemia transformó para siempre la forma de hacer docencia y de dirigir una institución educativa. La gestión y las labores administrativas que anteriormente se llevaban a cabo de forma análoga, hoy en día se pueden realizar con tecnología, y automatizarlas, ahorrando tiempo, esfuerzos y recursos. Las herramientas digitales permiten por ejemplo llevar a cabo los procesos financieros, de postulación y admisión, comunicación con las familias o el cierre de año de forma digital.
La comunidad educativa cambió y ya incorporó la tecnología como un aspecto fundamental porque percibió sus ventajas muy rápidamente. Hoy en día muchos colegios trabajan en equipo apoyándose en sistemas de gestión y comunicación digital que además de mejorar los aprendizajes también acerca a las familias al proyecto escolar. Esto ha significado que una parte de las labores que agobiaban al sector educativo se pueden digitalizar y facilitar, permitiéndoles tener más tiempo para lo más importante: educar.
El Tribuno