El sistema educativo tradicional y su incompatibilidad con la revolución digital es motivo de debate entre los especialistas del sector. Hace años que el mundo viene exigiendo una transformación que rompa con la educación estandarizada, básica y universal, tal como se la conoce en la actualidad, rescatando sus puntos fuertes y adaptándolos a las nuevas prácticas que ya han comprobado su eficacia en distintos países.
La introducción de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la gamifi cación en el aula ( la técnica que se basa en aplicar mecanismos de juegos a los procesos de aprendizaje) se presentan como un elemento innovador y motivador para mejorar el aprendizaje y la formación de los alumnos.
Las TIC ocupan un lugar cada vez más importante en la vida de las personas, principalmente en los jóvenes. Así lo demuestra una investigación realizada en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires por el Centro de Estudios, Investigaciones y Opinión de la Defensoría del Pueblo, donde entre otras cosas señala que el 94% de los alumnos de sexto y séptimo grado -de escuelas públicas y privadas-, tienen un celular propio y más de la mitad lo consiguió entre los 10 y 11 años
Este fenómeno se da en todo el mundo, de acuerdo a un estudio de Unicef, la relación de la tecnología con los más jóvenes es cada vez más fuerte: el 51% de los chicos y chicas usa Internet todo el tiempo; el 96% utiliza redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram; el 82% utiliza WhatsApp; el 41% utiliza su cuenta de e-mail; el 93% busca información en la red a través de Google; el 80% utiliza Internet para hacer tareas escolares; y el 60% de los adolescentes se conecta a Internet en la escuela.
Nuevos roles
El cambio hacia el que se dirigen las instituciones educativas está obligando a replantear los roles y funciones de todos los actores participantes. El modelo tradicional de profesor-alumno se rediseña a través de las TIC, de este modo se convierte al docente en un facilitador y guía durante el proceso de aprendizaje de los alumnos.
“El rol de los docentes y profesores cambia profundamente, pasan de ser quienes transmiten el conocimiento a quienes transmiten la pasión por el conocimiento, lo que sólo puede hacerse a través del vínculo personal. Esta diferencia parece menor, pero es sumamente importante ya que invita a todos quienes somos educadores a repensar nuestra vocación por aprender, con un rol re-signifi cado de inspirar a los alumnos a querer aprender. Esto implica gestionar proyectos, ser facilitadores, llevarlos a las puertas del aprendizaje”, comenta Gabriel Rshaid, Director General de The Global School.
A su vez, los alumnos dejan el rol pasivo al cual estaban acostumbrados y toman protagonismo sobre sus proyectos, experiencias, decisiones, así como su propio aprendizaje y el de sus pares. En este proceso de las nuevas generaciones digitales, las TIC también ocupan un lugar, no sólo porque el papel y el lápiz irá perdiendo lugar frente a la pantalla táctil, el teclado, el celular y los buscadores; sino también porque la metodología tradicional quedará un paso atrás del dinamismo, la creatividad y la autoevaluación.
Este nuevo escenario no significa que el rol del educador sea prescindible, pero sí debe reajustarse a las demandas de los alumnos del futuro. “Un nuevo recurso pedagógico no es por sí mismo una oportunidad de aprendizaje, es el profesor el que puede darle este signifi cado y utilidad. De una u otra manera, es el docente que se vuelve protagonista de las nuevas realidades tecnológicas de la educación, lo cual le permite retomar el liderazgo con las nuevas generaciones y optimizar tiempo”, explican desde Colegium. Esta empresa innovadora de tecnología educativa cuenta con más de 40 plataformas y apps que se encuentran activas en 2.000 colegios.
Aulas virtuales y laboratorios de trabajo
El salón de clases ya no es el único espacio necesario para aprender. Los formatos virtuales fueron ganando terreno con los años y, actualmente, se presentan como una alternativa práctica, adaptable a los tiempos de cada uno y en algunos casos, más económica. Algo así como una educación “on demand”.
“Entre tantas opciones, se pueden fraccionar el material en unidades cortas de entre 8 y 12 minutos, que pueden constituir cada una un concepto coherente. Además, los estudiantes pueden revisar el material de diferentes formas, o estar interesados en un material en particular, permitiéndoles seguir un esquema más personalizado”, resaltó Hugo Martínez, Director Pedagógico de Colegium.
Si bien existen todavía algunas dudas sobre el cambio que representa pasar de tener un profesor al frente y una clase con 20 oyentes, a que haya solamente una persona frente a una computadora, queda claro que los procesos de aprendizaje van más allá de solamente escuchar contenido pedagógico. Es por esto que se debe hablar de vivir una experiencia educativa, donde sea más relevante la participación, aplicación de nuevos conocimientos a contextos reales y la retroalimentación, entre otros factores.
Además de sus contenidos editoriales, desde hace ocho años la editorial Santillana se posicionó como Ed-tech y creó Compartir, una solución integral orientada a transformar los procesos de enseñanza y aprendizaje con un enfoque que ubica al alumno en el centro de la escena.
A través de este proyecto lanzó Maker Lab, un espacio para las escuelas que buscan inspirar a sus alumnos mediante el uso de herramientas como la electrónica, la robótica, la programación, el diseño 3D, la cultura maker y los medios audiovisuales. Allí los alumnos pueden explorar, diseñar y fabricar diferentes productos y prototipos; desplegando su creatividad y curiosidad trabajando de forma colaborativa.
BAE Negocios