En el marco del XI Foro de Calidad y Equidad Educativa de Educar 2050, el pasado 9 de octubre nos reunimos más de 400 personas en el Teatro Metropolitan SURA de la avenida Corrientes, y más de 3.000 por transmisión en vivo, para hablar de educación.
Teniendo en cuenta la coyuntura política intensa que nos atraviesa en este 2019, y en sintonía con nuestra campaña #YoVotoEducación iniciada en el año 2015, trabajamos desde principios del año en proyectos que tuviesen por objetivo visibilizar a la educación como una de las políticas públicas prioritarias y, en consecuencia, de posicionarla en la agenda – no solo electoral – sino especialmente en la de gestión pública de los próximos años.
En el Foro presentamos entonces uno de estos proyectos, al que llamamos “Mesas de diálogo para el aprendizaje en Argentina-MEDIAR”, un espacio al que convocamos a personas de gran prestigio y recorrido, con orígenes, formaciones, profesiones y orientaciones ideológicas distintas, pero con el denominador común de querer pensar, conversar, reconocer y legitimar disensos, como así también construir consensos, para ser impactados en un documento que contenga los temas prioritarios y estratégicos ineludibles y sus recomendaciones de abordaje, a los efectos de conformar una propuesta de gestión educativa concreta a ser entregada a las próximas autoridades.
Como ideas preliminares del intercambio profundo y fructífero realizado, surgieron en primer lugar las problemáticas fundamentales que hoy aquejan al sistema educativo, las que estuvieron reflejadas principalmente en los siguientes puntos: la falta de un proyecto político educativo nacional ante la ausencia de reclamo social; la existencia de una gran cantidad de normativa pero con bajo cumplimiento; una debilidad en los roles institucionales vinculados a la educación con foco especialmente en el rol del Consejo Federal de Educación; el financiamiento: ¿cuánto cuesta una educación de calidad? y ¿cuánto cuesta la educación que queremos tener?; la escuela como única institución sólida en varios lugares de nuestro país, especialmente los más alejados y vulnerables; el sistema educativo estresado, principalmente el nivel secundario y el rol docente, su sobre exigencia y su falta de evaluación.
Posteriormente, y en línea con lo antes planteado, se elaboraron recomendaciones, las que desarrollaremos en detalle en el documento referido, y entre las que podemos mencionar muy brevemente: recuperar el Plan Nacional de formación continua y situada, para fortalecer las capacidades locales; preparar a los jóvenes para el siglo XXI con contención y seguimiento; nuevas formas de enseñar y aprender; menos pero más profundos contenidos; la escuela como sede social pero no responsable social y con información de calidad y dispositivos tecnológicos; evaluaciones constructivas y no punitivas; cumplimiento del porcentaje del PBI previsto para educación, con distribución equitativa, monitoreo y rendición de cuentas; acompañamiento del Ministerio Nacional a las provincias, con formación de cuadros técnicos locales; y finalmente, la generación de un Plan Nacional de Educación a largo plazo (no menos de 10 a 15 años) con un objetivo de igualdad, legitimidad político educativa, federal y de construcción participativa, que junto con el acompañamiento de un relato, explique hacia dónde vamos, con un gobierno que sea capaz de ejecutarlo en serio y medios de comunicación comprometidos en replicarlo y fomentarlo. Todo ello contando con la corresponsabilidad de todos los adultos: docentes, directivos, dirigencia política, sindical, familia y comunidad.
Entendemos que lo valioso de este proyecto se resume fundamentalmente en dos ejes: por una parte, que lo llevamos adelante con rigurosidad técnica para que cuente con suficiente legitimidad en cuanto a la representatividad de las voces y miradas necesarias en esa construcción dialógica. Hicimos mapeo de actores, de temas, análisis de contexto; diseño de estrategia y del plan de procedimiento; coordinamos y facilitamos cada mesa y monitoreamos cada acción. Hoy estamos en la etapa de compilación, organización y redacción del documento final con el aporte de todos los jóvenes estudiantes, docentes, sindicatos, directivos, funcionarios, especialistas en educación y referentes provenientes de otras ciencias, como la filosofía y la neurociencia.
Y por la otra parte, y más importante aún, fue el enorme entusiasmo y compromiso de cada uno de los participantes de disponer tiempo valioso en escuchar activa y respetuosamente al otro, de compartir saberes y experiencias propias, de reflexionar conjuntamente desde las diferencias y los acuerdos; en síntesis, de buscar y trabajar a través del diálogo, respuestas, propuestas y posibles soluciones a la grave situación de emergencia en la que se encuentra inmersa nuestra educación, y por ende, nuestro futuro como país.
Florencia Ruiz Morosini – directora ejecutiva del proyecto Educar 2050
Infobae