En el día en que se recuerda el fallecimiento del profesor, político e intelectual argentino José Manuel Estrada, un 17 de septiembre de 1894, en Argentina se conmemora el Día del Profesor y de la Profesora. Dos docentes de la Universidad Nacional de San Juan dieron cuenta de algunas experiencias en el desarrollo de su profesión en la virtualidad obligada por el Covid – 19.
Sin dudas, 2020 deparó una efeméride diferente para ellas y para el resto de profesores/as. Hoy “es un contexto con muchas incertidumbres y que nos ha posicionado a docentes en varios desafíos que debimos ir afrontando, pero ya con casi siete meses de pandemia estamos saliendo airosos, por lo menos dentro de las características que nos presenta el contexto”, dijo Mariana Audisio, docente e investigadora del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ.
Ana Domínguez, docente de la Facultad de Ingeniería de esta Universidad, por su parte refirió que en su cátedra debieron reconsiderar “el diseño del aula para que (los y las estudiantes) se adaptaran a una propuesta educativa semipresencial que fue mejorando y después fue transitando transformaciones”. Esas transformaciones –explicó luego-, se suscitaron porque ulteriormente, y así es hoy en una gran mayoría, las clases sólo podían darse virtualmente. “Una vez que tuvimos definidas las cuestiones tecnológicas, ya con las cursadas se presentaron otros desafíos, como por ejemplo la adaptación de los materiales que habíamos tenido antes para la presencialidad. Generalmente teníamos presentaciones que las íbamos explicando en clase con nuestros alumnos, pero ahora los materiales tenían que ser diseñados y agregarle nuestra explicación con la voz y así transformarlos en videos. Eso implicó conocer aplicaciones y considerar que los videos no fueran pesados”, detalló la profesora.
“Son varios los desafíos. Tuvimos que hacer una desaprensión de los proyectos que habíamos pensado inicialmente y hacer una readecuación, principalmente de las planificaciones de cátedra, seleccionar contenidos para trabajar con estudiantes y también aprender de la virtualidad. La realidad es otra y tuvimos que aprender sobre virtualidad para responder a las demandas que se nos presentaron y poder trabajar con los estudiantes, que han vivido también otra realidad muy complicada. La virtualidad tiene sus ventajas y desventajas y hemos tenido que hacer un trabajo de seguimiento de la trayectoria de los estudiantes, lo cual no ha sido nada fácil, no es nada fácil. Ha cambiado mucho el vínculo, hemos tenido que poner en juego otras herramientas de comunicación y de interpretación de mensajes, porque mucho mensaje es escrito por WhatsApp, por Facebook, por el Campus Virtual y nunca es igual la comunicación oral que la escrita”, sintetizó Audisio.