El inglés en el secundario de escuelas estatales y privadas no bilingües sigue siendo una materia pendiente en Córdoba. Faltan profesores titulados y los saberes en lengua extranjera con los que egresan los estudiantes que no asisten a academias particulares no les permite pasar muchas entrevistas laborales.
El problema radica, entre otras variables, en la escasa exposición al idioma (tres horas cátedra o dos horas reloj a la semana) y a la cantidad de alumnos por aula.
Desde los sectores empresarios vinculados al sector tecnológico advierten que los alumnos secundarios pierden, por ejemplo, oportunidades de pasantías laborales por el pobre manejo del inglés, indispensable en este sector de producción y de la economía.
Un reciente informe de Adecco, una compañía de recursos humanos y de contratación de personal, indica que alrededor del 34% de las ofertas de trabajo exigen a los aspirantes dominio de una lengua extranjera. Nueve de cada diez vacantes que requieren un segundo idioma solicitan inglés.
En la provincia de Córdoba, hay 15 institutos de formación docente estatales y privados (más privados que estatales, y cinco de ellos en la Capital) que dictan la carrera de inglés, más tres universidades nacionales: UNC, Villa María y Río Cuarto.
Es una carrera exigente pero con salida laboral asegurada. Sin embargo, los ingresantes que solo tienen conocimiento de inglés adquirido en el secundario suelen presentar dificultades para llevarla adelante.
Los universitarios y los alumnos de nivel superior no universitario deben tener un conocimiento intermedio de inglés para comprender y producir contenidos en ese idioma, algo que no les da la escuela.
“Tienen que tomar notas en inglés, tienen que escuchar, tienen que tener un bagaje de conocimiento un poco más que básico para entender y producir. El secundario no los prepara, lamentablemente. Es muy difícil enseñar una lengua extranjera en un aula con 40 personas. La situación áulica no contribuye, eso se ve también en el abandono que tenemos en primer año. Hay chicos que tienen vocación de ser profesores de inglés, pero se enfrentan con una situación que no pueden abordar porque la secundaria no los estaría preparando para esta carrera”, dice Belén Oliva, vicedecana electa de la Facultad de Lenguas de la UNC, y coordinadora del curso de nivelación de ingresantes del profesorado y traductorado de inglés.
Oliva explica que para aprender una lengua extranjera se “necesitan horas” de exposición a la lengua, sentir confianza para producir en el idioma y que alguien corrija para evitar internalizar errores.
“En el secundario no tienen ese número de horas que habilitaría al alumno a poder hablar. A título personal creo que hay que incrementar las horas de inglés para que los chicos puedan producir algo aceptable o, directamente, reducirlo a lecto-comprensión”, opina Oliva.
La vicedecana electa explica que, “mal que nos pese”, hoy los chicos que pueden hacer producciones en inglés son aquellos que asisten a institutos de idioma, como mínimo cuatro horas a la semana y en grupos reducidos con una atención personalizada.
FALTAN DOCENTES DE INGLÉS
“Dadas las circunstancias reales no se puede llegar a un nivel de bilingüismo con los estudiantes del secundario, sería una utopía”, plantea Oliva.
Precisamente, días atrás en un encuentro de empresarios vinculados al sector de la tecnología se planteó la necesidad de generar condiciones para que los estudiantes secundarios sean bilingües en la provincia.
Marcelo Olmedo, presidente de Promedón, una empresa de tecnología médica participante del Grupo TechX, que dentro de la Cámara de Comercio Exterior busca convertir a Córdoba en un hub de exportación de productos y servicios de la llamada “economía del conocimiento”, considera que en esas áreas se abren oportunidades de trabajo, aunque un requisito fundamental es el inglés.
Mario Barra, presidente de la empresa de software Vates y titular de la Fundación Córdoba Mejora, coincide en que para trabajar en el sector se necesita de un buen nivel de inglés y que no es fácil encontrar jóvenes en los últimos años del secundario con esta habilidad lingüística.
Córdoba Mejora impulsa programas de marketing digital para incorporar a alumnos a empresas a través del Programa Primer Paso (PPP) pero “se complica encontrar chicos que hablen bien” ese idioma.
Barra apunta que la lengua inglesa debería ser una materia base en la primaria y en la secundaria. “Mientras antes empecemos, mejor. Podrían tener muchas más posibilidades si tuvieran inglés”, remarca.
Las dificultades se observan también en otras áreas. En las entrevistas de trabajo, la mayoría de los postulantes asegura tener un nivel intermedio de inglés, que es lo que debería dar el secundario. Sin embargo, apunta Oliva, en el momento en que la conversación para obtener el empleo vira al inglés los estudiantes no pueden responder “porque no han tenido capacitación” suficiente.
FALTAN PROFESORES
La lengua inglesa es una de las disciplinas con mayores inconvenientes para cubrir sus vacantes en el secundario en el territorio provincial desde hace muchos años. A eso se suma la creciente demanda de profesores para la jornada extendida en la primaria.
“Hoy sigue habiendo problemas en la cobertura docente en algunas áreas: inglés es una de ellas. Los ‘profes’ que están en el sistema juntan 30 horas rápidamente porque al no haber tantos docentes, enseguida cubren el tope permitido”, explica Daniel Zalazar, secretario gremial del nivel secundario de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC).
Voceros del Ministerio de Educación no informaron sobre el tema. Sólo indicaron que “no tienen un registro de cantidad de profesores de inglés” y que “en el secundario todas las escuelas tienen docentes de esta área”.
Los egresados universitarios del profesorado de inglés son pocos -en la UNC, fueron 31 en 2021- y existen cinco ofertas de educación superior no universitaria en la ciudad de Córdoba (cuatro son privados). El resto de los institutos de formación docente se distribuyen en los departamentos Cruz del Eje, Punilla, Marcos Juárez, Totoral, San Alberto, San Javier, Río Primero, San Justo y General San Martín.
En el caso de la UNC, la mayoría de los ingresantes eligen la carrera de traductorado (con una salida laboral más rentable que la docencia), aunque muchos al egresar también se dedican a la enseñanza e, incluso, cursan el posgrado de especialización en didáctica.
Belén Oliva considera que la inclinación de los estudiantes al traductorado no sólo está motivada en las posibilidades de conseguir trabajo con mejores ingresos económicos sino que en la elección también pesa el desprestigio social que persiste respecto a la docencia.
EN EL INTERIOR
La dificultad para conseguir profesores de inglés ocurre en la Capital y en el interior, con variantes según la existencia de profesorados en la zona.
Dos colegios secundarios de Río Tercero, por ejemplo, coincidieron en que “cuesta mucho conseguir profesores de inglés”.
En el Ipem 288 José Hernández, por caso, hay seis docentes de lengua inglesa: un profesor, dos traductores y tres “idóneos”; es decir personas que tienen conocimiento para dar esas clases, aún sin título docente. El director, Omar Spaccesi, opina que si hubiese un profesorado de inglés en la ciudad la situación sería diferente.
Ariel López, vicedirector del Ipet 266 General Savio, también explica que ante la falta de profesores de inglés, contratan a traductores y a idóneos que han estudiado ocho años en alguna academia y están capacitados.
En tanto, en la zona norte de Traslasierra, la carencia de profesores de inglés ha sido notoria en los últimos años. Bárbara Clare Von Hermann, directora del Instituto Carena de Mina Clavero, un establecimiento de formación docente estatal, explica: “Hay alumnos avanzados de nuestra carrera que ya están dando clases en distintos establecimientos, públicos y privados; y se espera una demanda creciente en la matrícula para 2022″.
La docente cree que la necesidad aumentaría si se aprueba la obligatoriedad del inglés en la primaria en ese departamento San Alberto.
En este establecimiento, el profesorado que se dicta es “a término”; es decir que un grupo de alumnos comienza el ciclo cada cuatro años y esa camada es la única hasta que egresa. Hoy hay 16 estudiantes en tercer año. En 2022 comenzará otro grupo.
En la zona de Villa Dolores la escasez de docentes de inglés es menor. También hay un profesorado a término. En el departamento San Javier, al sur del valle de Traslasierra, el inglés es obligatorio en la primaria.
“Hoy hay unos 40 alumnos cursando el segundo año para egresar en 2023; hace mucho que no vemos a personas sin título dando clases. En 2024 comenzará otro primer año”, dice en Villa Dolores Sandra Villoria, directora de la Escuela Normal Vélez Sársfield, donde se dicta la carrera.
La matrícula de ingresantes es alta, pero el nivel de abandono también lo es, en comparación con otros profesorados.
LOS EGRESADOS DE LOS PROFESORADOS NO CUBREN LA DEMANDA
En Villa María, Julieta Nievas es coordinadora del Profesorado de Inglés del Instituto del Rosario, y Mariana Falco, cumple igual función en el Profesorado de Lengua Inglesa de la Universidad Nacional de Villa María. Ambas coinciden en el incremento de la demanda de docentes por parte del sistema educativo en todos sus niveles, como también de institutos y academias privadas.
Entre las dos instituciones formadoras de Villa María egresan por año entre 20 y 25 nuevos docentes de inglés. Pero aún así, no se llega a cubrir toda la demanda.
Romina Blaffert es una docente que comenzó a trabajar antes de recibirse y hoy vive rechazando ofertas laborales porque ya tiene el cupo de horas completo. Romina apunta que hay disparidades entre lo que se cobra y se trabaja en el sistema educativo formal y en el sector privado y particular.
“Estos últimos tres años tuve muchísima oferta laboral. Todos los días me llaman para ofrecerme un trabajo. Estoy en nueve escuelas y dejé algunas horas para que las ocupen otras compañeras”, cuenta la docente.
Nievas ratifica que se incrementó la demanda de los que quieren estudiar y también de las escuelas a partir de la implementación de la jornada extendida.
“Las escuelas nos piden referencias permanentemente porque no consiguen docentes. También ayudamos a difundir que hay vacantes”, relata. Y agrega: “Siempre para este profesorado fue fácil conseguir trabajo, pero ahora como nunca. Es mayor ahora la demanda que años atrás”.
La pandemia abrió un mundo de oportunidades. Muchos docentes comenzaron a dar clases online, incluso a alumnos radicados en México, Colombia o Europa. “Esas clases se cobran en dólares o en euros”, explicaron las docentes de Villa María.
Blaffert citó el caso de una colega que trabaja para una empresa de Estados Unidos y cobra en dólares. Por ahora no le interesa ejercer como docente.
Romina, que tiene horas en cinco escuelas rurales (además de cuatro urbanas) y se traslada en su propio auto, explica que muchas egresadas jóvenes, adaptadas a la virtualidad, prefieren dar clases online y ni pisar las aulas.
En el interior, concentrar las horas en una institución es muy difícil y los docentes deben moverse de una localidad a otra, a veces hasta a 80 kilómetros de distancia.
La Voz