Educación y negocios en tiempos de pandemia

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Cuando por marzo de 2020 se anunciaba el inicio de lo que oficialmente se dio en llamar Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, pensamos que se trataría de una medida transitoria de pocas semanas, pero la realidad es que entre etapas de mayor y menor rigurosidad de aislamiento seguimos bajo medidas de prevención sanitaria que afectan nuestra vida en todos los ámbitos en los cuales nos desempeñamos.

Mi mundo profesional está compuesto de dos hemisferios, los negocios y la educación y en ambos observo y participo de cambios que ocurren aun a pesar de nosotros. Digo esto porque la realidad nos pasa por encima a pesar de nuestra resistencia a salir de nuestra zona de confort y la pandemia aceleró lo que inexorablemente hubiese pasado, tal vez en cinco o diez años.

En los negocios, la no presencialidad impuesta destruyó a algunos tradicionales, pero a la vez dio lugar a emprendimientos comerciales formidables, nuevas formas de comerciar, la explosión de las tiendas digitales y el Marketing Digital.

En la educación nos enfrentamos a un cambio profundo, privados del aula física tradicional nos vimos obligados a explorar y poner en práctica nuevas formas de educación o poner a riesgo la continuidad del proceso educativo, pero como se dice habitualmente “la crisis genera oportunidades”, así que tenemos el gran desafió de descubrirlas y explotarlas para el bien de nuestros alumnos.

La educación virtual no es algo tan nuevo y en algunos ámbitos ya se viene desarrollando exitosamente hace años. En el mundo corporativo, la capacitación por e-Learning es práctica habitual y en el ámbito académico los MOOCs acrónimo en inglés de Massive Online Open Courses (Cursos Online Masivos y Abiertos), permiten acceder en forma libre a cursos del mejor nivel de casi cualquier disciplina que uno pueda imaginar, de universidades tan prestigiosas como Harvard.

Las empresas vienen obteniendo muchos beneficios del e-Learning los cuales podrían aplicarse a la educación formal, pero sin embargo muchos miembros de la comunidad educativa se siguen resistiendo, lo cual corre tanto para docentes como para alumnos, a pesar de las diferencias generacionales.

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Educación y negocios: adaptarse a nuevas modalidades es enriquecedor.

Aunque es difícil tener una cifra exacta, las empresas que usan e-Learning redujeron los costos de capacitación no menos del 50%, por evitar viajes y gastos inherentes al traslado de capacitadores y personal.

Sin límites de espacio físico la capacitación se puede hacer masiva e ilimitada, lo cual amplía para el personal la posibilidad de desarrollo y crecimiento profesional y para la empresa los resultados operativos.

El alumno se auto gestiona en el proceso de aprendizaje, avanza a su ritmo sin depender de tiempos de terceros y se auto evalúa para obtener la certificación.

Para el capacitador es muy fácil hacer el seguimiento del curso a través de las herramientas que proporciona la plataforma de e-Learning.

Más allá de mis propias apreciaciones, consulté con colegas de empresas internacionales y su testimonio consolida la idea de que para las empresas la pandemia no fue un inconveniente para llevar adelante sus planes de capacitación, sino que por el contrario sacaron más provecho de la virtualidad.

El vicepresidente de ventas de una empresa japonesa que opera en nuestro país manifiesta su satisfacción por haber más que duplicado en el último año las actividades de capacitación comercial en la región, con el orden de los seis mil participantes. Asimismo, recogieron un incremento notable en la participación a webinars, muy por encima de la participación en actividades presenciales.

Una colega del área de recursos humanos de una empresa que opera en todos los continentes en el rubro de tecnología comentó que el uso intensivo de la virtualidad y las facilidades de la tecnología de e-Learning le permitieron a la compañía universalizar los contenidos de capacitación y hacerla extensiva a todos los niveles organizacionales. Debieron adaptar los contenidos de los cursos, entrenar a los capacitadores e invertir en tecnología, pero los resultados son más que satisfactorios.

Volviendo al punto de la educación tradicional, estoy convencido de que también podemos sacar beneficio de la virtualidad y hacerla más accesible para todos, aunque demandará un esfuerzo de adaptación cultural, inversión tecnológica y capacitación docente.

La gran crítica a la educación virtual es la falta del vínculo emocional tan necesario para el proceso de aprendizaje. Aun nuestros alumnos nativos digitales reniegan por la falta de socialización y los docentes se quejan de la frustrante sensación de dar clase a sillas vacías, pero en este sentido la tecnología lejos de ser un escollo es una aliada, una buena plataforma facilita la interacción y el uso de las cámaras para el contacto visual. También los recursos pedagógicos adecuados permiten desarrollar el vínculo.

Los docentes e instituciones educativas tradicionales nos vimos improvisando en la emergencia, la educación virtual es más que clases remotas, pero debemos capitalizar esta experiencia y mejorar todos nuestros recursos técnicos e intelectuales para no retroceder sobre esta oportunidad que nos dio la crisis.

Norberto Patanó. Licenciado en Marketing – Perfil


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