Con los resultados de aprendizajes en lengua y matemática en las pruebas Aprender, también se dieron a conocer conclusiones que surgen a partir de los cuestionarios complementarios a directivos, docentes y alumnos. En Aprender 2018 uno de los focos estuvo en la Educación Sexual Integral (ESI), y sobre todoen medir su real aplicación. Pese a que todos los chicos declararon haber recibido lecciones, todavía hay disparidad en los temas vistos.
La ley de ESI rige desde 2006. En ese entonces, se dejó asentado que todos los estudiantes, sin importar si concurren a escuela pública o privada, debían recibir clases desde el nivel inicial hasta el secundario. Asimismo, el año pasado, por resolución del Consejo Federal de Educación, se puntualizó cuáles eran los contenidos obligatorios para cada nivel. Todos los ministerios provinciales firmaron el documento.
Durante estos años siempre se especuló que lo que llegaba de ESI a las aulas era más bien poco. Sin embargo, los resultados de Aprender dicen otra cosa: el 100% de los estudiantes de sexto grado de todo el país manifestó haber visto al menos uno de los contenidos que contempla la resolución.
«No nos sorprende», respondió Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa ante la consulta de Infobae. «En los últimos años se puso el foco en que los contenidos de ESI efectivamente lleguen a las aulas. Va de la mano con las respuestas de los directivos y los docentes: el 99% asegura contar con materiales para abordar la temática en el aula», agregó.
La resolución 340/18 acordada el pasado 22 de mayo estableció 48 núcleos de aprendizajes prioritarios. Por caso, en jardín los chicos deberían ver el vocabulario correcto para nombrar los genitales, evitar los estereotipos de género a la hora de jugar y adquirir pautas de cuidado y auto-protección. Ya en secundaria es momento de concientizar sobre la violencia de género, de hablar sobre el aborto,de hacer un análisis crítico de la femineidad y masculinidad, de deconstruir los «patrones hegemónicos de belleza», y de tratar el embarazo no deseado en la adolescencia, entre otros temas.
La prueba Aprender se tomó en esta edición solo al sexto grado de primaria y se evidenció un patrón: a medida que los temas se vuelven «más sensibles», menos se tratan en las aulas. La brecha va desde el 86% hasta el 37%. Los contenidos más dictados son los de cuidado del cuerpo y salud; los que menos se imparten se relacionan a cómo evitar abusos sexuales.
«Se trata de un cambio cultural muy grande que va a llevar tiempo que se materialice en las aulas. Los resultados son auspiciosos y es lógico que, por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires esté más avanzada que alguna provincia del NOA o NEA. Recién a partir de 2019 los contenidos que fijamos en la resolución pasan a ser obligatorios», planteó el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro.
Según el documento, en primaria se los debería introducir a los cambios que se sienten en la pubertad, dar a conocer los métodos anticonceptivos y cómo prevenir enfermedades de transmisión sexual, mostrar la diversidad de las personas en apariencia física, orientación sexual e identidad de género, entre otros puntos.
Los tres temas que menos vieron los chicos fueron, no por casualidad, los más delicados: la mitad recibió información sobre embarazo, al 43% se lo instruyó en métodos de prevención del embarazo y enfermedades de transmisión sexual y solo el 37% tuvo lecciones sobre «cómo evitar el abuso sexual».