La fábrica de mermelada cerró en 1985 y los galpones se convirtieron en salas de usos múltiples, en aulas. La escuela secundaria N°6, Homero Manzi, en Florencia Varela, Buenos Aires, todavía tiene los portones de hierro, algunas rejas y subsuelos que hablan de su pasado industrial. Hace tiempo, que en esos salones en uno de los municipios más humildes de la zona sur de la provincia, se empezó a implementar la ley de Educación Sexual Integral (ESI), tal vez, de manera ejemplar.
En las pruebas Aprender que se tomaron el año pasado, como también en las que se celebraron hace un mes, los chicos manifestaron la necesidad de tener más charlas y talleres sobre educación sexual. La ley que creó el Programa Nacional de ESI fue sancionada por el Congreso nacional en 2006. Esta norma establece que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir una educación de este tipo tanto en los establecimientos de gestión estatal como en los de administración privada sin importar la orientación religiosa. Aunque pasaron más de 10 años desde que se sancionó la ley, sigue siendo una asignatura pendiente en muchos colegios.
Mariana Toscani, de 48 años, es la directora de la escuela desde 2015, entro como vicedirectora en 2012. Plantea que la ESI atraviesa todas las asignaturas y que ellos le dan un enfoque que va mucho más allá de la genitalidad, la anticoncepción o la prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
«Hay que encarar la ESI de manera transversal, y hay que saber que esto nace de la necesidad de los chicos. Nosotros tomamos las consultas o inquietudes de los alumnos y tratamos, en la medida de lo posible, de armar charlas, talleres o juegos para tratar el tema en cuestión», dijo Toscani.
Un ejemplo de esto es la charla que van a tener este jueves. Los alumnos de sexto año manifestaron su interés por el delito de trata de personas y su estrecho vínculo con la prostitución, un crimen que en la Argentina tiene miles de víctimas. En los últimos 10 años, según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, rescataron a 13.384 personas de la explotación sexual y laboral, de las cuales 1090 eran menores de 18 años.
Para esta temática los docentes armaron un panel con especialistas, muchos de ellos investigadores del CONICET, que brindarán un taller especial para todos los alumnos que quieran participar. Esperan que la lluvia les permita seguir adelante con la actividad, el viernes pasado, a raíz de las fuertes tormentas, de los 500 alumnos del turno mañana fueron solo 2. «Acá se sigue inundando cuando llueve mucho. Además hay muchos chicos que vienen de barrios alejados del centro donde hay muchas calles de tierra. Si llueve el jueves no sé si vendrán 500, 100, o 20 alumnos».
La intención de conocer al alumno y de generar confianza para que luego existan los espacios de diálogo comienza en primer año, cuando salen del primario y pasan a la siguiente etapa. «La primaria aniña a los chicos y acá llegan a un ámbito totalmente nuevo. Por eso nosotros los hacemos venir una semana antes que el comienzo de clases, es una semana para conocernos. Hace dos años desde la provincia bajaron como una normativa la semana de recibimiento, pero nosotros lo hacemos hace cinco años. Y ese respeto y conocimiento mutuo, hace que luego todos estén más abiertos a consultar, por eso decimos que la ESI, de algún modo, está en todo».
En esta línea, tienen una asignatura que se llama Construcción Ciudadana, que es una materia donde se invierte la transmisión del conocimiento, los alumnos son los que plantean la currícula de temas y la forma de trabajar. Por ejemplo, en uno de los casos los chicos del último año plantearon la idea de hacer juegos para enseñar ESI, los desarrollaron junto a los de tercer año y los usaron los de primero. Contaban con preguntas sobre situaciones, reacciones, actitudes.
La intención para este año era planificar una semana entera dedicada a la ESI, algo que no pudieron hacer porque la escuela también está participando de otros proyectos y no tienen los suficientes recursos humanos para abarcar todos los flancos. De hecho, el equipo de orientación que suele tener una participación activa en esos temas, cuenta con solo dos personas para los más de 1000 alumnos que hay entre los dos turnos. Todos los años, además de tratar todos los temas que surjan por parte de los alumnos, ellos tratan de tener al menos un día totalmente dedicado a la ESI.
Según Toscani, muchas veces el desafío es lograr que los docentes estén abiertos a dictar temas relacionados a la ESI. «Suele suceder que los profesores son los que tienen cierta resistencia o no están acostumbrados a hablar de esos temas con los chicos, pero bueno, hay que preparar también a los docentes o sino que otro responda la consulta, pero es importante que transmitan las dudas de los chicos».
«Hay veces que un docente entra al aula y hay un mal clima porque, por ejemplo, hubo un problema vincular. Entonces ahí no podes enseñar álgebra. Y de ese conflicto nace la necesidad de hacer un taller sobre la resolución de conflictos y el respeto por el otro. Por eso los profesores deben tener cierto tacto para esos temas», agregó Toscani.
En cuanto a la diversidad sexual, ella también resalta que muchas veces son los adultos los que tienen los prejuicios, ya que los alumnos se respetan entre ellos, aunque en esa escuela nunca tuvo que enfrentar una situación de un alumno que se sienta del sexo opuesto, algo que si le sucedió en una escuela anterior.
Si bien la ESI juega un rol central en la currícula y en el día a día en esta escuela, los alumnos quieren aún más, es que transitan una edad compleja y llena de grandes interrogantes respecto de la sexualidad. «En general las clases se enfocan en salud, adolescencia, anticonceptivos y enfermedades de trasmisión sexual. Pero creo que hay que darle un enfoque aún más amplio a cada tema, por ejemplo, en cuanto a las enfermedades siempre se habla del Sida, cuando hay muchas otras. También es verdad que somos muchos alumnos. «, concluyó Fabricio Vélez, de 17 años, presidente del centro de estudiantes de la Homero Manzi.
La Nación