La futura universidad de formación docente en la Ciudad de Buenos Aires ya tiene nombre: «UniCABA». Así se la define en el proyecto de ley que comenzará a tratarse este jueves en la Legislatura porteña y que el gobierno espera aprobar el año que viene para, de ese modo, abrir sus puertas en 2019.
Tal cual habían adelantado, el proyecto concentra la formación docente de gestión estatal de Capital en la universidad que, como toda alta casa de estudios del país, gozará de autonomía académica e institucional y de autarquía económica financiera y administrativa.
La universidad estará en la órbita del ministerio de educación porteño. Tendrá un rector designado por el poder ejecutivo de la Ciudad, que será «quien conduzca el proceso de formulación y reconversión del proyecto institucional y académico»; el encargado, por tanto, de delinear el estatuto.
En sus 15 artículos, se anuncia también la presencia de una comisión de seguimiento integrada por 5 miembros de la Legislatura (3 por la mayoría, 2 por la minoría) y un representante del ejecutivo que designa el Ministerio de Educación porteño.
El anuncio de la universidad acaparó gran polémica debido a que conllevaría el cierre de los 29 profesorados que hoy existen en Capital. En torno a eso, el proyecto anuncia la transferencia «con sus patrimonios, personal docente y no docente, matrícula y sus correspondientes partidas presupuestarias». Y en un siguiente artículo aclara: «Los docentes gozarán de estabilidad laboral, conservando salario y antigüedad».
Patricia Simeone, presidenta del Consejo de Educación de Gestión Estatal (CESGE) y rectora del instituto Joaquín González, dijo a Infobae: «Más allá de las buenas intenciones por mantener los puestos de trabajo, la reducción es evidente y nadie lo puede negar. Para nosotros, mantener los cargos no es solo conservar los sueldos. Nosotros, como rectores, nos presentamos con un proyecto y queremos concluirlo».
El gobierno porteño no tendrá dificultades para aprobar el proyecto en la Legislatura en 2018 ya que contará con mayoría simple (33 sobre 60). Sin embargo, para Simeone, que bautizó la iniciativa como «29 x 1» la intención es «sacarlo en forma ‘express'».
En la reunión que ayer mantuvieron con funcionarios del Ministerio de Educación porteño, desde CESGE solicitaron que se retire el proyecto de la Legislatura por «haberse demostrado que fue inconsulto y por poner en riesgo fuentes de trabajo». A su vez, en la discusión legislativa de mañana, presentarán un «Consejo Directivo» conformado por autoridades de los claustros y convocaron a los gremios para el próximo lunes.
Una de las inquietudes de los institutos era qué pasaría con los estudiantes que no hubieran terminado sus estudios para 2019. El proyecto «garantiza la continuidad académica de los trayectos educativos». A su vez, en otra cláusula se insta a los docentes de CABA sin formación universitaria a que obtengan una titulación superior. «A tal fin, la UniCABA desarrollará ciclos de complementación curricular».
Para Juan María Segura, experto en educación e innovación, el borrador del proyecto de ley «es sumamente escueto y confuso». «No se puede comprender (y menos aceptar) la necesidad de crear una nueva universidad. CABA concentra el 34% de las universidades del país, además de los institutos terciarios que aquí se fusionarán, lo cual me hace suponer que existen instancias programáticas institucionales intermedias más sencillas y económica. Percibo una mayor preocupación por la institución que por los contenidos a dictar», señaló a Infobae.
Por su parte, Alejandra Cardini, directora de educación en CIPPEC, consideró: «La jerarquización de la profesión es una de las cuentas pendientes en nuestro país y aunque resuene bien en el sentido común, no hay consenso en que el mejor espacio institucional para formar docentes sea la universidad. Habría que construir en base a lo existente y a través del diálogo y de consensos, para pensar la mejor forma de concentrar y mejorar la calidad de la oferta de formación».
Un antecedente en el país
Más allá de la novedad, en el país hay un antecedente y es reciente. La Universidad Pedagógica Nacional, conocida simplemente como UNIPE. Fundada en 2006, desde un principio persiguió un objetivo diferente a la que impulsarán en la Ciudad. Con solo carreras de posgrado, proponía el perfeccionamiento y la actualización en vez de la formación inicial. De allí el promedio de edad de sus estudiantes: 40 años y con diez o más de ejercicio docente.
«El acceso a los estudios de posgrado en universidades en el sector docente es muy bajo más allá de que es una de las recomendaciones de los organismos internacionales y que forma parte de las políticas educativas en muchos de los países a los que se mira como referencia. Hacia ese objetivo apuntó la UNIPE», explicó a Infobae Adrián Cannellotto, su rector.
A diferencia del proyecto que se anunció en CABA, la universidad no implicó el cierre de los institutos docentes en la Provincia de Buenos Aires. Hoy la casa de estudios tiene 2.350 alumnos, en su gran mayoría mujeres, y 1.034 inscriptos para el año que viene. Su breve historia cambió el 31 de marzo de 2017 cuando dejó de ser provincial para nacionalizarse. Comenzó a jugar en la liga de las universidades nacionales. Asimismo, desde este año sumaron a su oferta académica profesorados de nivel primario y secundario.
Ahora tienen dos perfiles de estudiantes, cuenta Cannellotto. Además de docentes en ejercicio que «buscan conocimientos y herramientas para mejorar la enseñanza o resolver situaciones de aula», se suman alumnos más jóvenes que llevan adelante su primera formación como maestros. «Una de nuestras fortalezas es que trabajamos sobre el aula. Buscamos incidir en la enseñanza y aprendizajes y transformar lo que pasa en las clases. No escindimos teoría de práctica», sostuvo el rector
En las cuatro sedes de la institución -CABA, La Plata, Pilar y Almirante Brown- dan clases profesores reconocidos por libros y papers publicados. «Los estudiantes ven eso como un valor. Para muchos, es una oportunidad de estudiar con quienes son sus referentes temáticos o disciplinares». Sin embargo, dice, hay un diferencial mayor: «La posibilidad de estudiar en una universidad. Para muchos esto no era una opción posible o la veían como algo alejado».
Infobae
Dejar una contestacion