«Memorizar es parte del pasado, hay que enseñar a pensar», fue uno de los disparadores con el que Isabel Celaá, ministra de Educación de España, abrió la primera jornada de la segunda edición del enlightED, el encuentro que plantea los desafíos que enfrenta la educación con el avance de la tecnología. La funcionaria reconoció que a través de la educación se puede cambiar el mundo inmerso en el cambio disruptivo.
«Estamos en un proceso en el que se alteró todo lo conocido hasta el momento», alertó y aconsejó reconocer la oportunidad. En números concretos: según datos del Foro Económico Mundial surgirán 133 millones de puestos nuevos frente a 75 millones que desaparecerán. «El desafío será lograr una buena transición social entre los que surgen y los que dejarán de existir», planteó José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, en su presentación durante el evento que dejó cinco claves para entender cómo debería ser la educación que prepara para el futuro.
1. No memorizar, aprender a pensar
La necesidad de desarrollar jóvenes con pensamiento crítico y creativos fue otro de los temas de la primera jornada del evento organizado por Fundación Telefónica Movistar, IE University, Fundación Santillana y South Summit, «Serán las ocupaciones menos rutinarias y más creativas las que serán menos afectadas por la robotización», afirmó Celaá y agregó que la clave será «enseñar a pensar, a consolidar resultados significativos en las personas». La memorización, según los expertos, forma parte del pasado. «Pueden hacerlo los robots», coincidieron los speakers.
Expusieron el ejemplo de Torobo-kun: el robot japonés que fue capaz de aprobar los exámenes de ingreso a la universidad de Tokio, la más prestigiosa de Japón, obteniendo mejor nota que el 80% de los alumnos presentados y quedando entre los mejores en materias como matemáticas. En la misma línea, Álvarez-Pallete, admitió que la inteligencia artificial ya reconoce lugares y objetos mejor que las personas. Y mostró el avance disruptivo de la tecnología con un ejemplo cercano: «Cada vez más niños le preguntan a Alexa y no a sus padres por temas de su tarea escolar». El secreto entonces, según las conclusiones será abrir la mente a nuevas formas de enseñar que destaquen el sentido de la cooperación y la tolerancia al error, dos aptitudes que las máquinas no pueden lograr.
2. Aprender a aprender
«Nadie puede imaginarse el mundo del futuro, ni tampoco cual será la tecnología que regirá. Por eso hay que amigarse con el aprendizaje continuo», reconoció la ministra de España. Al mismo tiempo, se debatió sobre los cambios de paradigma del mundo del trabajo. Antes se pensaba en un trabajo para toda la vida, mientras que hoy hay estudios que indican que una persona puede pasar por lo menos por 12 puestos de trabajo a lo largo de su vida.
Sobre la mitad del día, un panel estuvo especialmente dedicado a los retos que tienen los abogados y la necesidad de reinventar la formación en esa carrera. La temática arrancó picante: Javier de Cendra, Dean del IE School of Law, dijo que hay que entrenar a los abogados atrasados en tecnología para recuperar la humanidad y expuso tres desafíos concretos: el aumento de la eficacia de los estudios, la importancia de reducir los costos y la necesidad de adaptar la escuela de derecho con métodos innovadores de enseñanza. Gonzalo Matías, presidente del Law Schools Global League, reconoció que la globalización está cambiando la práctica legal y que la tecnología viene a «enterrar» a los abogados como «acumuladores de conocimientos». Por eso la clave parecería estar en preparar abogados para los efectos de la automatización y ver cómo se manejará el mayor acceso a la información de los datos públicos que permitirá el avance de la tecnología.
3. Universidades más abiertas
Respecto al papel de las universidades, Santiago Íñiguez, presidente de la IE University, la institución que es una de las organizadoras del encuentro, planteó la importancia de que la universidad sea sensible a lo que sucede fuera de ella y resaltó uno de los principales retos: cómo manejar la necesidad de innovar versus la supervisión de la calidad educativa. En este sentido, Pablo Navas, rector de la Universidad de los Andes, alertó sobre el avance de las «universidades garajes».
4. Maestros que sientan pasión por enseñar
La formación de los maestros fue otro de los temas centrales de la primera jornada. «Podemos tener tecnología de punta pero sin un buen maestro, es lo mismo que nada», afirmó Claudia Costin, fundadora del Centro de Innovación en Educación de la Fundación Getúlio Vargas de Brasil. ¿Cómo lograrlo? Incentivando a los mejores talentos de las universidades a la carrera de la docencia. «Esto se logra mejorando los salarios y con reconocimiento social», respondió la especialista y agregó: «Ellos también tienen que estudiar toda la vida y tienen que sentir pasión por aprender».
Por otra parte se debatió sobre el impacto de la tecnología como aliada del trabajo de los profesores. «La inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada se ocupará de la parte aburrida y operativa, y ellos podrán dedicar todo el tiempo a enseñar», destacó Orlando Ayala, VP para mercados emergentes de Microsoft, además de asesor del presidente de Colombia. El especialista también remarcó la importancia de desarrollar el aprendizaje social y emocional en los docentes. «Si ellos no son empáticos no lo podrán transmitir», agregó.
Durante el panel en el que se trató la Revolución 4.0, habilidades para la educación, la productividad y el empleo, se expuso como ejemplo el sistema educativo de Singapur que tiene siete años de ventaja con el peor país del mundo en educación -que omitieron decir-. «El secreto es que los maestros pasan gran parte de su tiempo aprendiendo nuevas capacidades», analizó Ayala y cerró con una analogía: «La tecnología es como el martillo, la puedes usar para matar o para construir una casa».
5. Gobiernos más colaborativos
En este contexto, el trabajo de los gobiernos es determinante para lograr una educación preparada para un mundo en pleno cambio. Respecto a las políticas se destacó que algunos arrancaron comprando laptops para quienes no tienen acceso a ellas. «Es una buena iniciativa, pero que no tiene resultados si no se entrena a los maestros para su uso y cómo transmitirlo», alertó Monserrat Gomendio, directora del centro de competencias para la OCDE.
Otra de las responsabilidades de los Gobiernos planteada durante la jornada es el impulso de sistemas educativos flexibles y no burocráticos, que incentiven la diversidad de talentos a través de una educación personalizada, además de la educación para el desarrollo sostenible y la igualdad de género como principio rector. Desafíos que no podrán ser llevados adelante sin un trabajo de colaboración entre gobierno, universidades y empresas. «Hay que preparar economistas, abogados y sociólogos digitales», ejemplificó el número uno de Telefónica que cerró un acuerdo con el sindicato para formar en habilidades digitales a 22.000 empleados del grupo. «Son las personas las que le dan sentido a la tecnología», finalizó.
La Nación