AMET manifiesta su rechazo a la propuesta de reducir la duración en un año de la formación en Educación Técnico Profesional

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AMET aclara que esta medida no solo atenta contra la calidad educativa de un sistema consolidado a lo largo de décadas, sino que también pone en riesgo el desarrollo profesional y productivo de nuestros estudiantes, afectando directamente el futuro económico y social del país.

La Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) manifiesta su rotundo rechazo a la propuesta de reducir la duración en un año de la formación en Educación Técnico Profesional. Esta medida no solo atenta contra la calidad educativa de un sistema consolidado a lo largo de décadas, sino que también pone en riesgo el desarrollo profesional y productivo de nuestros estudiantes, afectando directamente el futuro económico y social del país.

La Educación Técnica: Pilar del Progreso y la Soberanía Productiva

La educación Técnica y Agrotécnica es mucho más que un ciclo formativo: es una herramienta estratégica que forma a los futuros técnicos y profesionales capaces de sostener el desarrollo industrial, tecnológico y productivo de la Argentina. Este modelo de educación, ampliamente reconocido a nivel nacional e internacional, asegura que nuestros egresados ​​cuenten con una preparación completa y de calidad que los habilite para enfrentar los desafíos del mundo laboral contemporáneo y del futuro.

La propuesta de reducción de la duración formativa no solo debilita esta preparación, sino que también ignora los avances logrados en la integración de conocimientos técnicos, científicos y prácticos, que hoy en día son fundamentales para adaptarse a un mercado laboral cada vez más complejo y tecnificado. En un mundo en constante evolución, que incorpora herramientas avanzadas como la inteligencia artificial y la automatización, la formación técnica necesita tiempo y dedicación para desarrollar en los estudiantes las competencias que estas nuevas realidades exigen.

Fundamentos Legales y Pedagógicos

La Ley de Educación Técnico Profesional N.º 26.058, en su Artículo 24, establece una duración mínima para los Técnicos. Esta ley, producto de años de trabajo y consenso, reconoce que una formación técnica de alta calidad demanda tiempo suficiente para el aprendizaje de habilidades específicas y prácticas profesionalizantes. Estas prácticas, planificadas cuidadosamente por expertos en la educación técnica, permiten que los estudiantes desarrollen destrezas concretas, pensamiento lógico-formal y capacidades de resolución de problemas, todas ellas esenciales para el ejercicio profesional responsable.

Somos conscientes que el desafío por delante es la mejora cualitativa de la oferta, lo que implica proyectar a la modalidad con mayor competitividad para que los perfiles de los egresados respondan a las demandas de la industria del siglo XXI; para ello, es necesario adecuar los diseños curriculares en base a las necesidades socioproductivas, incorporar procesos de producción asociados a las nuevas tecnologías, capacitación específica para la docencia, mayor vinculación con el sector industrial y la matriz productiva de las comunidades.

El Impacto en las fuentes laborales

Advertimos, además, que esta medida implica una amenaza directa a los derechos laborales adquiridos por los docentes, que actualmente desempeñan sus funciones en los cursos que el Gobierno Nacional pretende eliminar. Estos profesionales han dedicado años de su vida a la educación Técnica, desarrollando habilidades y experiencia que no deben ser desechadas. El cierre de cursos generaría despidos que obviamente vulneran derechos adquiridos y constituyen una afrenta intolerable hacia quienes sostienen día a día el sistema educativo.

El Impacto de la Reducción en la Formación Técnica Integral

Cada año en la educación técnica y Agrotécnica cumple un rol fundamental en la preparación de los estudiantes, y la eliminación de cualquiera de ellos afecta de manera directa la calidad de la formación profesional. La secuencia progresiva de aprendizajes, desde los conocimientos básicos hasta las prácticas profesionalizantes, es esencial para que los estudiantes desarrollen competencias profesionales sólidas y un pensamiento crítico adaptado a las demandas del sector productivo. Reducir la duración formativa limita el tiempo necesario para adquirir estas habilidades, afectando no solo la capacitación técnica específica, sino también la capacidad de nuestros futuros egresados ​​para enfrentar su vinculación con el mundo laboral.

Consecuencias para la Competitividad y el Progreso Nacional

Reducir la formación técnica y Agrotécnica no solo es una medida regresiva, sino que afecta la competitividad de nuestro país en el escenario global. Una formación técnica de alta calidad es clave para sostener y proyectar la industria, la tecnología y el progreso. La homologación de títulos y la movilidad profesional de nuestros técnicos en el ámbito nacional e internacional se verán comprometidas si disminuye la calidad y la duración de su formación. Para mantener a nuestros egresados ​​a la altura de las exigencias internacionales y con posibilidades de crecimiento en el exterior, es imprescindible conservar la solidez de nuestro modelo actual.

Nuestro Compromiso: Defensa Inquebrantable de la Educación Técnica

Desde AMET, exigimos a las autoridades educativas el abandono inmediato de cualquier proyecto que busque reducir la duración de la formación en las especialidades técnicas. Invitamos a la comunidad educativa —docentes, estudiantes, familias y sector productivo— a unirse en la defensa de esta educación, que es mucho más que una simple estructura de enseñanza: es la garantía de un futuro de calidad y oportunidades para nuestra juventud, y una inversión indispensable en el desarrollo de la Argentina.

Defender la Educación Técnica y Agrotécnica es defender la capacidad productiva, el empleo digno y el futuro de nuestro país. En AMET, nuestra postura es clara: no nos atreveremos a dar ni un paso atrás en la defensa de una Educación Técnica y Agrotécnica de excelencia.


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