A continuación, una de las recomendaciones que figuran en el documento “Compromiso por la Alfabetización”, que preparó la asociación Argentinos por la Educación el año pasado, y que fue firmado por todos los entonces candidatos a presidentes del país, entre ellos Javier Milei.
Todos se comprometieron a que, si llegaban al Gobierno, iban a impulsar estas medidas. La recomendación dice:
“Para garantizar el cumplimiento del Plan (de alfabetización) se recomienda profundizar acciones como la distribución de textos escolares y libros variados para estudiantes y docentes -en articulación con la industria nacional del libro- así como otros recursos pedagógicos”.
La campaña a favor de una política de alfabetización -que tiene como meta central que ningún alumno pase tercer grado sin entender lo que lee- fue relanzada el mes pasado por Argentinos por la Educación, esta vez junto a otras 180 ONGs del país.
Pero el relanzamiento se produce en un contexto en el que ya se sabe que, al menos, aquella recomendación no será cumplida. Es porque el Gobierno decidió cancelar la compra de libros escolares, tras denunciar “falta de transparencia” en el acopio y la distribución de los ejemplares .
La Secretaría de Educación tenía $ 75 millones asignados este año -en su presupuesto- para la compra de 14,1 millones de libros para todos los alumnos de primaria y secundaria de escuelas de gestión estatal y privada de cuota cero y oferta única. Son los chicos más necesitados de libros de texto, que este año no los tendrán.
Esto se conoce en momentos en que se hizo un viral un video que muestra a alumnos de Suecia que empiezan a trabajar por primera vez con un libro impreso en el aula. Hasta ahora solo usaban tablets.
En un movimiento espejo al argentino, aunque inverso, ese país canceló su plan de educación digital, frenó la inversión en computadoras para el aula, y redireccionó los fondos para la compra de libros escolares. Esto lo hicieron tras el retroceso que tuvieron en comprensión lectora en las pruebas internacionales.
Está claro que por el solo hecho de comprar libros los alumnos no van a mejorar en su alfabetización inicial. No es magia. Hace falta un plan de enseñanza de la lectura y la escritura bien diseñado e implementado. Y en eso dice el Gobierno que está avanzando, junto a las provincias.
Pero sin libros todo es más difícil. ¿Controlar las compras para que haya transparencia? Claro que sí, pero no es cerrando la billetera que la educación va a salir adelante.
Fuente: Clarin.com