La situación epidemiológica que se vive en el país desde hace más de un año, fruto de la pandemia, trajo consigo cambios en la educación de las niñas, niños y adolescentes de la Argentina. El Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dilató la continuidad pedagógica de los estudiantes en un sistema educativo que no estaba del todo preparado para sortear una contingencia del tamaño y magnitud que acarrearía una pandemia.
Las personas más afectadas por el cierre escolar fueron aquellas que viven en los sectores más vulnerables, pues el acceso a internet y las facilidades del entorno social pasaron a ser las condiciones ideales para dar continuidad al proceso educativo de los estudiantes. En la mayoría de los casos, acceder a estas a este tipo de servicios como la conectividad, se pensaba como un lujo para las familias en condiciones socioeconómicas más desfavorables. Sin embargo, el acceso a internet pasó a ser un derecho de carácter fundamental, debido a que a través de este, se podía efectivamente ejercer el derecho a la educación en el contexto de pandemia.
Por supuesto, las familias de los niños, niñas y adolescentes en edad escolar, debieron, de un día para otro, transformar su forma de vivir y sus dinámicas, pues el sistema educativo en medio de ese contexto cambiante apeló a la virtualidad como herramienta para que los estudiantes de alguna forma pudieran continuar con su proceso de aprendizaje. Y en esa virtualidad, las dinámicas de trabajo de los padres y las madres tuvieron que ser, en la mayoría de los casos, modificadas para poder acompañar a los estudiantes de alguna forma en su continuidad académica.
La organización Argentinos por la Educación llevó a cabo un estudio llamado “Dinámica escolar y familiar”, en el cual se determinó que aproximadamente la mitad de las madres que fueron entrevistadas de los barrios vulnerables viven solas con sus hijos. En ese contexto, debieron dejar de trabajar para cuidar y acompañar a sus hijos e hijas en los casos en que se podía y cuando no, dejar el cuidado de los niños y niñas a cargo de otros miembros de la familia o incluso acudir a contratar personas para este fin, generando una carga extra en la economía familiar, suponiendo mayores dificultades para sortear la situación.
El cambio de panorama empezó con el retorno parcial a la presencialidad que se dio desde hace un par de meses. Este hecho, generó nuevamente cambios en las dinámicas familiares, permitiendo que muchos padres y madres retomaran sus trabajos por fuera del hogar, al menos en el horario en el que cursan sus hijos e hijas, favoreciendo o reforzando la economía familiar que se venía atravesando desde el inicio de la pandemia.
Según el estudio “Dinámica escolar y familiar” la mayoría de los hijos e hijas de las familias entrevistadas de los barrios vulnerables regresaron parcialmente a las aulas durante este año. Los estudiantes se encuentran bajo la modalidad dual, combinando la asistencia a las aulas y la virtualidad y frente a esta situación los padres y madres expresaron que sus hijos e hijas no llevaban de igual forma su proceso de aprendizaje. Varias de las madres cabeza de familia aseguraron sentir una excesiva presión por tener que acompañar a sus hijos en las tareas escolares, debido al bajo nivel de alfabetización.
Sin embargo, a partir de los cambios que hubo en la continuidad educativa respecto del año 2020, los estudiantes de los barrios populares vivieron una mejor organización por parte de las escuelas y en cuanto al bienestar emocional, la asistencia, aunque sea parcial, mejoró ostensiblemente el estado de ánimo de los niños y niñas, debido al reencuentro con sus pares, la recuperación de la rutina y el encuentro presencial con los docentes, permitiendo mejores prácticas del proceso de enseñanza.
En este sentido, el balance respecto de la vuelta a la presencialidad, denota características principalmente positivas para todos los miembros de la comunidad educativa, en la medida en que los padres y las madres pudieron retomar de alguna manera sus rutinas laborales, la educación de los estudiantes presenta mejores resultados, los docentes se reencontraron con los estudiantes en el entorno habitual, para apoyar de cerca su proceso de aprendizaje y reforzar los contenidos perdidos durante el aislamiento.
Infobae