La primera escuela trans del mundo está en Argentina

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El 17 de mayo de 1990 la Organización mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades, dejando de considerarla como una patología. Este acto marcó un punto de inflexión, después de casi un siglo de discriminación explícita de las instituciones médicas y de la sociedad en general hacia las personas de la comunidad LGTBIQ+. Desde entonces, en esta fecha se conmemora en más de 60 países alrededor del mundo el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Genero.

Año tras año, esta celebración busca exigir la creación y puesta en marcha de políticas públicas que promuevan la diversidad e igualdad para todas las personas, haciendo hincapié en el colectivo LGTBIQ+ debido a la incesante discriminación de la cual han sido víctimas desde hace décadas.

Lamentablemente a nivel legal, si bien ha habido un avance significativo en los últimos años, éste de ninguna manera resolvió las necesidades estructurales del colectivo, como el derecho al acceso a la vivienda, la educación, el trabajo, la salud, entre otros, puesto que la discriminación sigue latente en la cotidianidad. Es tanto, que no fue sino hasta el 2018 que la Organización mundial de la Salud (OMS), eliminó la transexualidad de la clasificación de enfermedades mentales, incluyéndose en la lista de disfunciones sexuales. En este sentido la transexualidad perdió el carácter de trastorno psicológico, para convertirse en una cuestión meramente física.

En su nuevo manual de enfermedades, la OMS sacó la transexualidad 
En su nuevo manual de enfermedades, la OMS sacó la transexualidad

Nuestro país es uno de los más avanzados en la región en materia legal en lo que a reconocimiento de derechos del colectivo LGTBIQ+ se refiere. Uno de los más significativos progresos fue la Ley de identidad de género (Ley 26.743) sancionada en el año 2012, que reconoce entre otras cosas, el derecho de todas las personas a tener su identidad sexual autopercibida en el documento nacional de identidad, sin necesidad de acreditación de intervenciones quirúrgicas, terapias hormonales u otro tipo de tratamiento. Otro punto importante a destacar consagrado en esta ley, es el acceso a la atención sanitaria integral de las personas trans.

El año pasado, el Presidente de la Nación expidió el decreto 721/2020, donde se establece el cupo laboral trans. Partiendo de la Ley 25.164 de Regulación de Empleo Público Nacional, de manera que se incluya la posibilidad de todas las personas travestis, transexuales y transgénero de acceder al empleo público y en este sentido, puedan ejercer su derecho al trabajo. El decreto establece que, en el sector público los cargos de personal, deberán ser ocupados por una proporción no inferior al uno por ciento (1%) de la totalidad de los mismos por personas travestis, transexuales y transgénero, que reúnan la idoneidad para dicho cargo.

La educación como herramienta de inclusión

¿Cómo buscar hacerse de oportunidades sino a través de la educación? La gran dificultad de las personas trans para concluir sus estudios primarios, secundarios y universitarios debe ser reparada por el Estado. No se trata solo de políticas públicas de acción positiva que incentiven a la educación; los esfuerzos deben estar abocados hacia un acompañamiento integral del proceso de terminalidad educativa de las personas trans, acompañado de la inserción en el mundo laboral. No es para menos, la deuda social y estatal para con el colectivo LGTBIQ+ es inmensa después de años de estigmatización, criminalización y patologización sistemática.

En Argentina contamos con la primera escuela trans del mundo. Se trata del Bachillerato Popular Travesti – Trans Mocha Celis, situado hasta hace un par de semanas en uno de los emblemáticos barrios de la city porteña, que, a causa de la duplicación en su matrícula y la imposibilidad de pagar el alquiler del piso que tenían desde el año 2011, lamentablemente se quedó sin una sede física propia.

Pero, cuando de ganas de educar y de aprender se trata, evidentemente los escollos terminan por ser sorteados. Fue así como el Mocha logró un acuerdo con el Ministro de Educación de la Nación, firmando un convenio con el rectorado de la UBA de sociales, que cedió once de sus aulas para que puedan funcionar las burbujas en las que se desarrollan las clases semi-presenciales por lo menos por los próximos seis meses.

El aumento de las matrículas tiene su raíz en la aprobación de aquel decreto presidencial, aunado al hecho de la visibilización de la institución el año pasado, a través del lanzamiento del Teje Solidario. Se trata de una red de contención creada por docentes y estudiantes que tiene como objetivo mitigar las necesidad básicas del colectivo durante la situación epidemiológica por la que estamos atravesando desde marzo del año pasado, debido a la pandemia por el Covid-19.

No son pocos los obstáculos que se presentaron en el camino para este bachillerato popular a partir de que se decretó la pandemia. Durante el año pasado, la cursada se llevó de forma virtual. Esto, claramente requirió un gran esfuerzo por parte de estudiantes y docentes debido a la falta de dispositivos, conectividad y habilidades digitales. Buscándole la vuelta a la digitalidad, la comunidad educativa del Mocha apeló al WhatsApp como herramienta principal, ya que un alto porcentaje de estudiantes no cuentan con computadoras ni mucho menos con acceso a internet. Desafortunadamente, la virtualidad no suple el apoyo y acompañamiento en una escuela que con el tiempo se ha visto obligada a aprender a sobrellevar el duelo, ya que sus estudiantes son constantemente víctimas del travesticidio y la desidia social.

Ley de identidad de género (Ley 26.743) reconoce el derecho de todas las personas a tener su identidad sexual autopercibida en el documento nacional de identidadLey de identidad de género (Ley 26.743) reconoce el derecho de todas las personas a tener su identidad sexual autopercibida en el documento nacional de identidad

Si de evidenciar desigualdades en el colectivo LGTBIQ+ se tratara, la pandemia sería protagonista. Aproximadamente un 90% de los estudiantes travestis ejercen la prostitución como único medio de sustento, de manera que el contexto actual sin lugar a dudas, les representó quedarse sin trabajo. Con los alquileres informales y abusivos como moneda corriente para las personas trans y las demás necesidades básicas en juego se tornó aún más hostil el panorama. Ante esta sarta de infortunios, el Mocha sigue acompañando y conteniendo a sus estudiantes en todos los aspectos posibles a través del Teje Solidario.

Este bachillerato popular fue fundado con la misión de promover la inclusión de las personas trans en la educación formal para subsanar la discriminación estructural que enfrentan. Sin embargo, hoy es mucho más que eso: se trata de un área de acceso a derechos, una biblioteca popular, y una institución desde donde se tejen alianzas. En palabras de su secretaria académica Manu Mireles “es un espacio de pedagogía y amor”. Hoy el Mocha pide garantías para que se cumpla efectivamente el cupo laboral trans, remarcando la necesidad de acceso a su propia sede de estudios, a un aumento de la planta docente, a un financiamiento efectivo, entre otros aspectos. La situación para los directivos, docentes y estudiantes es angustiante, si se tiene en cuenta que cada servicio adquirido surge del accionar de sus voluntarios o de las donaciones percibidas.

Esta jornada resulta un llamado reiterado a la empatía colectiva, en el marco de esta fecha que conmemora el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Genero, y nos convoca a que todas y todos desde nuestro lugar promovamos acciones tendientes a eliminar la discriminación de las personas del colectivo LGTBIQ+, a potenciar la visibilización por el acceso efectivo a los derechos y principalmente a erradicar todo acto de violencia de cualquier tipo hacia las personas travestis, transexuales y transgénero.

Infobae


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