“La clase tiene que ser una combinación entre lo que se hace en el aula virtual a niveles asincrónicos y lo que se realiza a niveles sincrónicos en una videoconferencia”, explicó Emilse Carmona, coordinadora del equipo de mediación pedagógica comunicacional del Sistema Institucional de Educación a Distancia (SIED) UNSJ, docente e investigadora de esta Universidad, programadora Universitaria y licenciada en Informática con Especialización en Educación a Distancia. En una entrevista en el programa Universidad en Vivo, por Xama TV, la especialista sostuvo que lo ideal “sería que una videoconferencia sólo dure una hora como máximo, y que el resto se realice todo a niveles asincrónicos en que haya un verdadero feed back de parte del/la docente o del equipo docente a sus estudiantes a través de foros de consultas y de distintas estrategias de debate que permiten generar retroalimentación”. Carmona se refirió así a los nuevos modos a los que se encuentra sometida la educación en distintos niveles debido al aislamiento al que lleva la pandemia de Covd 19. “Lo fundamental es que en ese espacio asincrónico los estudiantes pueden retroalimentarse entre sí; muchas veces no es el o la docente quien hace una devolución al estudiante, sino que la hace otro estudiante, en lo que sería la verdadera construcción del conocimiento”, analizó.
Una nueva habitualidad
Emilse Carmona sostuvo que cuando se habla de presencialidad y no presencialidad “nos referimos a esto de que a veces nos centramos más en el cómo damos clases, para qué damos clases, cuál es el sentido, o cómo relaciono tal contenido con la realidad actual. Entonces, creo que no sólo hay que enseñar, sino que hoy está el desafío de encontrar la nueva habitualidad en la escuela, entendiendo a la escuela como una institución que educa y no sólo enseña. Educa porque genera cultura y nos va enseñando los modos de habitar, de cómo habitamos en el país, cómo habitamos en la región, en la provincia y en cada casa”. Esas nuevas maneras de habitar son traccionadas por la “nueva normalidad” que supo implantar la pandemia. Citando a una especialista, Carmona aquí sugirió: “Más que llamarle nueva normalidad a este tiempo, tendríamos que llamarle ‘nuevas formas de habitar’ la escuela, entendida como institución educativa viva. Y esto va más allá: la presencia no sólo se hace presente en la presencialidad sino también en la no presencialidad, porque podemos estar acá conversando y sin embargo no estar yo en la conversación, sino estar, mentalmente, en otros temas. Esto pasa muchas veces en las clases multitudinarias de cualquier facultad”. A partir de ello, Carmona reflexionó: “Creo que estamos en una etapa donde podemos centrarnos en el problema o en el desafío, depende de cómo queremos mirar la situación actual. Yo me centro en el desafío de enseñar, aprender y educar en épocas de pandemia. Y, desde esta perspectiva, plantear todos los nuevos desafíos que se nos presentaron que, en otros momentos en que había sólo presencialidad, tal vez no los veíamos.”
Defensa de la vida
“En las distintas facultades, unidades académicas e institutos preuniversitarios hay muchas personas que venimos trabajando desde hace treinta años en estas temáticas (educación a distancia), pero ha habido una alta resistencia tecnológica”, apunta Emilse Carmona. A la vez, reconoció: “Sin dudas, la presencialidad es irremplazable: la cantidad de neuronas que se nos mueve en la presencialidad es mucho mayor que la que se nos mueve en lo no presencial, pero si en la presencialidad el encuentro provoca la muerte (en relación a contagios por Coronavirus), hay que pensar equilibradamente, sin perder el sentido común -que es lo que diferencia al humano de una máquina-, en defensa de la vida”.
Sincrónico – asincrónico
Lo sincrónico es estar presente, tanto profesor/a como estudiantes, en el mismo tiempo real, por ejemplo a través de una video conferencia mediante diferentes plataformas de comunicación. Por asincrónico se entiende la situación en que docentes y estudiantes no están presentes en el mismo instante y en el mismo lugar. «Esto sería un aula virtual realizada en Moodle, que es la plataforma que permite la creación de entornos virtuales de enseñanza – aprendizaje, en la cual se da la interacción a través de distintos recursos que brinda la plataforma, como el uso de foros virtuales, de talleres, el armado de subgrupos de trabajo. En esto hay una multiplicidad de comunicaciones entre estudiantes y docentes y entre estudiantes entre sí», explicó Emilse Carmona.
Revista la U – UNSJ