A modo de proyección, advirtió que habrá «uno, dos o tres años porque hay incertidumbre sobre el momento de resolución de la pandemia y la recuperación de la normalidad en las aulas» y, como consecuencia, los años serán «extraordinarios».
«Vamos a tener años extraordinarios: un niño que el año que viene hace quinto grado, seguramente tenga contenidos de cuarto, también. Y eso nos va a llevar algunos años de articulación hasta garantizar todos los aprendizajes», enfatizó el ministro.
En ese sentido, puntualizó: «Tenemos incertidumbre si vamos a poder hacer clases diarias a partir de marzo del año que viene».
Asimismo, consideró que «el año no está perdido» y destacó el «esfuerzo que están haciendo los chicos en casa y los maestros a la distancia» en una «Argentina muy desigual».
«Lo más responsable que tenemos que hacer nosotros es garantizar el aprendizaje y que la promoción sea sobre lo saberes que realmente adquieran los chicos dentro del aula en una Argentina enorme en donde el regreso va a ser distinto según la realidad epidemiológica», apuntó.
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