Los grandes cambios que produjo la pandemia, en la vida cotidiana, en los negocios, en la salud, en el ambiente y en particular en la educación.
Las noticias dicen que se apelará a la “clase inversa”, técnica enfocada en la transferencia de la información teórica fuera de clase y su asimilación y práctica en el aula. Se definió por Walvoord y Anderson en 1998 en EEUU. Así, los estudiantes tienen un primer acercamiento al contenido teórico antes y luego, en clase, se trabaja en la comprensión y su uso en la resolución de problemas. Por supuesto se requiere que el alumno acceda a contenidos adaptados a su entorno. Se espera que el alumno realice algunas actividades (cuestionarios, ensayos, etc.) que garanticen alguna apropiación.
Hoy, con el desarrollo de internet, se facilita la implementación por el uso de la multimedia y modelos mediados por la tecnología. Aquí aparece el concepto de “aula ampliada”, una extensión del aula presencial usando los recursos de la web, redes, videos, wikis, blogs, donde los alumnos y docentes interactúan y colaboran, generando o ampliando contenidos hipertextuales y multimedia, enriqueciendo el abordaje de temáticas a desarrollar en la currícula. Se promueve la participación, colaboración y la interacción entre los actores, tomado el aprendizaje como un proceso social.
En ambos casos, se requiere de:
- Materiales educativos digitalizados.
- Internet de mediana a alta calidad
Algunas propuestas ministeriales están produciendo guías, materiales y videos que luego se distribuyen con las debidas instrucciones de uso, transformando al docente en un mero controlador y verificador de que esos contenidos fueron apropiados debidamente, donde participa mínimamente en la generación y adaptación de estos al entorno.
La ex Directora Nacional de Innovación Educativa María Florencia Ripani, en el Congreso de Innovación Pedagógica 2012-InTec-Ministerio de Educación-CABA, proponía que cada docente debía producir sus propios materiales, versus la producción estandarizada estatal o de empresas privadas. Ver video en https://www.youtube.com/watch?v=b2lTkBuBHxo minuto 1,45. Esta es la opinión de solo uno de los directivos anteriores del Ministerio de Educación, pero si se revisa, se concluye que la mayoría de los directivos piensan lo mismo, pero no todos lo implementan.
El cambio de rol, de ser el experto en contenidos, el faro del conocimiento, pasa a ser un acompañante en el proceso social del aprendizaje. Orientar, diseñar actividades en el nuevo medio, diseñar nuevos contenidos desde otra perspectiva, integrar multimedios, agregar interactividad y diseñar nuevas maneras de evaluar. Trae ventajas y desventajas y requiere de adquirir de a poco nuevas habilidades tecnológicas, donde la sugerencia más importante es revisar como el tema o material a producir fue desarrollado por otros, para aprender entre los pares. Por supuesto que demanda esfuerzo y creatividad, formación contínua con inversión de tiempo y dinero. Propender a la minimización del uso del papel y entender que el alumno ahora aprende de otra manera y más con la presión que nos trae la pandemia. Hay una transformación, pero la experiencia del docente permitirá que en su producción y enseñanza sean cada vez mejores.
Desde este espacio, se propone (como hace años) la formación docente para que produzcan sus propios materiales, adaptados al entorno y basados en el concepto de la “presencialidad en la no presencialidad” del docente cuando el alumno recorra los materiales didácticos producidos por su propio maestro. El vínculo e más fuerte y genera lazos efectivos fuertes entre educador y educando.
Lo mismo sucede con los videos, que algunos proponen desde un repositorio oficial. En general carecen de la dinámica docente, son largos, aburridos e indudablemente, todos tienen el mismo formato, con una presentación del ministerio, el contenido no es más que las mismas clases que repiten docentes ante pizarras, simulando el aula o con muy poca interacción. Suelen ser largos y aburridos, además de monótonos.
Así y todo, los docentes con su gran vocación, se pusieron a la tarea. Lo que tienen puede que no sea lo más adecuado, pero es mejor que nada. Hasta las autoridades están aprendiendo. Ellos adquieren habilidades digitales bajo presión y lo están solucionando. Hay un gran esfuerzo que insume horas para intentar adaptarse. A medida que esto se deba extender, mejor serán las implementaciones propias, por el aprendizaje continuo.
Armar materiales digitales es una tarea docente y dependerá del ingenio y creatividad del mismo para hacerlos atractivos, con la ventaja de mejorarlos a medida que el docente los usa y apropia habilidades y competencias digitales.
Esto no solo requiere de docentes habilidosos en el uso de tecnologías, sino en tener las condiciones de infraestructura para el desarrollo de las actividades. Además del equipo informático, que se puede reducir a un celular de mediana calidad, el foco está dado por la disponibilidad de Internet. El porcentaje promedio de alumnos de primaria que NO tiene acceso a internet ronda el 19,5%, pero en San Juan, crece al 36,1 según encuestas del 2018 (Fuente: Observatorio Argentinos por la Educación). Sumado a que el uso de datos para educación no está subvencionado, excepto para el sistema universitario, anunciado recientemente por el Enacom.
Eso será motivo del análisis de próximas entregas.
Por Américo Sirvente
Ámbito Educativo