En estos tiempos de cuarentena es necesario poder tener la mirada de profesionales de distintas áreas. Por eso desde Ámbito Educativo dialogamos con la Licenciada en Psicomotricidad, Gabriela Prior Molina, sobre como se puede abordar este contexto actual desde está disciplina.
La Psicomotricidad es una disciplina científica permanentemente actualizable, que se ocupa del cuerpo de la persona y sus manifestaciones, investiga y reflexiona sobre el cuerpo como expresión de la historia personal, de sus modos de relación, de sus estructuras de integración y de sus modalidades de acción. Es decir, el cuerpo y sus manifestaciones constituye la noción de expresividad psicomotriz donde se hace visible lo sensoriomotriz, lo emocional y lo cognitivo.
También es importante aclarar que actualmente son solo 17 los Psicomotricistas matriculados en San Juan y hay mucha demanda. Esto conlleva a que tanto aquí como en otras provincias, se hace uso ilegal de la profesión. Por eso es importante que los padres que necesiten ayuda soliciten la matrícula, para de esta forma no caer en manos de personas que realmente no sean idóneas para ejercer la profesión.
¿Que nos podés decir respecto a la Psicomotricidad en estos tiempos de confinamiento?
Bueno son tiempos difíciles para todos, el aislamiento, el distanciamiento físico, el cierre de escuelas y lugares de trabajo, son desafíos que nos afectan, y es natural sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad en estos momentos.
Sin duda uno de los colectivos más afectados son los niños a quienes por más que les expliquemos lo que está sucediendo, realmente no lo entienden, fue un cambio repentino para ellos, recién comenzaban las clases y ahora se encuentran de nuevo en casa, y sin poder salir, sin poder jugar con sus pares, mover el cuerpo, etc. Aunque se entiende que quedarse en casa va a salvarnos, para los niños el encierro es fatal, están permanentemente expuestos a controlar el movimiento de su cuerpo y las emociones; el uso del espacio es limitado, y el tiempo no parece transcurrir; hasta los juguetes y actividades propuestas empiezan a perder sentido.
¿Qué más se puede hacer en estos casos?
Muchos padres me preguntan porque su hijo no se queda quieto. Considero que lo importante es comprender que el cuerpo es efector y receptor de las experiencias del entorno, el niño a través del movimiento nos quiere decir muchas cosas y sin duda el encierro acá se da a ver. En general los adultos manifiestan “no saber que más hacer” y le dicen al niño “Ve a jugar”, cayendo en el pensamiento de que va a jugar por el solo hecho de ser niño, si es entendible que el niño tenga constantes iniciativas de juego, pero el jugar para ellos es algo muy serio, no se impone, no se dirige, por el contrario se va construyendo, y somos los adultos los primeros que generan esta experiencia cuando los introducimos en el juego desde bebés. No se trata de jugar proponiendo actividades que requieran permanecer en la mesa, que no dejan de ser importantes, pero estas deben ser complementadas con el movimiento del cuerpo. Sin dejar de nombrar por otro lado los juegos virtuales, donde muchísimos niños transcurren el tiempo dentro de una pantalla. ¿No creen que ya estamos demasiado quietos como para pedirles que no se muevan?
¿Qué se puede recomendar a las familias en este momento?
Desde mi disciplina el gran desafío para los padres es tener presente el juego corporal, que es una de las técnicas que utilizamos los psicomotricistas, que nada tiene que ver con ejercicios o actividades físicas dirigidas, por el contrario aquí el juego es espontáneo, inestructurado, dispuesto a la imaginación y creatividad, porque es del único modo que el niño pueda expresar lo que estamos viviendo, lo que le está pasando, acá es capaz de expresar sus deseos, sus fantasías y experiencias de un modo simbólico. Disponerse a jugar, los padres tienen la gran oportunidad de volver a ser niños con sus hijos, de poner el cuerpo como decimos los psicomotricistas. Hay que entender que para el niño, el tiempo hoy se pierde jugando, allí se entra en un nuevo mundo donde el virus no ataca, no afecta.
¿Que aprendemos de estar más en casa en este momento?
El paso de este virus sin duda ha venido a traernos muchos aprendizajes, aprendimos a conocer la tolerancia, la espera. Y eso trae consigo a unirnos mucho más con nuestra familia y disfrutar de momentos que antes por las responsabilidades cotidianas no nos permitíamos. Por eso considero que el gran desafío hoy para los padres es no dejar de sostener la rutina de los chicos, respetar horarios, buscar un espacio para el juego, jugar con ellos entrar en su mundo. Hacerlos partícipes de los quehaceres del hogar, que aprendan a cocinar, a lavar su ropa, a ordenar, cuidar el tiempo en juegos de pantallas y lo más importante, vuelvan a ser niños con ellos, encuentren momentos para recordar juntos a que jugaban cuando eran pequeños, cuáles eran los juegos que más les gustaban, cuáles eran sus juguetes favoritos, anécdotas etc. Sin duda de ahí puede salir un sinfín de juegos, y armar un escenario lúdico maravilloso.
Por Lic. Gabriela Prior Molina – Ámbito Educativo