El ministro de Educación Felipe de Los Ríos y funcionarios de la cartera educativa se trasladaron hasta la localidad de Retamito en Sarmiento, para entregar equipamiento a la Escuela Batalla de Suipacha y reconocer el trabajo de la directora y docente del establecimiento Susana Angulo, cuyo trabajo silencioso es un ejemplo. Es una docente que educa con acciones de vida.
Leonor Susana Angulo, lleva 39 años en la docencia y cada día es como el primero, en esa época tenía 24 años y se puso su guardapolvo blanco para dar su primera clase, tras haber egresado de la Escuela Normal Mixta Superior Sarmiento, en 1980.
Susana trabajó en diferentes escuelas de zona rural y urbana. Realizó el concurso de ascenso 2002-2004, eligiendo cargo en 2006. La elección fue cargo único de directora titular y docente, en una escuela de Sarmiento.
El establecimiento está ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad Capital de San Juan .
Llegar a la escuela no es fácil. El trayecto lo hace en colectivo, luego en camión y finaliza caminando siete kilómetros.
“Hace 13 años que estoy en esta zona, cuando llegué por primera vez me pregunté dónde vine a trabajar. El lugar es inhóspito, alejado de todo, pero al ver a los chicos quedé atrapada por esas miradas inocentes. Tuve que hacer un gran cambio desde el aspecto personal al laboral”, recuerda Susana.
La transformación era necesaria para poder garantizar el servicio educativo a los alumnos de la zona, donde la tierra y las espinas son parte del camino diario.
“Tuve que comenzar a usar zapatillas, pantalones que no eran tan habituales en mí, un bolso de trabajo para poder atravesarlo en mi espalda y poder moverme más cómoda. Salir de mi casa muy temprano tomar un colectivo hasta la Ruta 40, llegar al cruce de Media Agua, esperar algún camión calero o particular que llegara hasta Cañada Honda, hasta la localidad de Guanacache y de ahí emprender a pie una caminata diaria de 7 kilómetros hasta llegar a la escuela”, relata la docente.
Las inclemencias climáticas, tampoco son impedimento para cumplir con su trabajo, según cuenta la maestra: «En invierno con temperaturas bajo cero, en plena oscuridad alumbro el camino con una linterna. Cuando llueve, hay que sortear la bajada de crecientes en badenes, además tengo que ponerme bolsas en pies y piernas para poder cruzar el agua. Es peligroso y poco grato, pero no puedo fallarle a los chicos”.
Susana, explica que a veces es complicado regresar a su casa, por la distancia, el frío o calor, y se queda en la escuela. La portera casera le presta un catre, un pequeño colchón frazadas para dormir. Al día siguiente la jornada escolar comienza temprano, recibe a los chicos con algo caliente para que desayunen y empezar la clase.
A la hora del almuerzo algunos chicos vuelven a su casa, otros comen un sanguchito o lo que hay, que es lo que compraron la maestra y la portera, para compartir con los chicos.
El aula es muy sencilla, tiene sillas y mesas que sirven para la clase, el desayuno o el almuerzo.
La Dirección es un pequeño cuarto donde también adecua para pasar la noche cuando se queda en Retamito. El patio es de tierra o de hielos cuando en invierno la temperatura es bajo cero.
Los alumnos en este Ciclo Lectivo 2019, son diez. No faltan, asisten, saben que deben aprender para poder progresar. Ellos cuentan que su maestra les dice «no hay límites para llegar a ser lo que quieran. No importan de donde vengan, siempre hay que avanzar”.
Al preguntarle, si no cambiaría su designación, Susana afirma: “El trabajo en solitario es difícil, pero no imposible porque en tu camino te vas haciendo de gente que reconocen lo que haces y se sorprenden. Siempre recibió el abrazo de agradecimiento de la familia de los chicos. Eso da más fuerza para continuar este camino que no es tan sencillo como el de formar a futuros ciudadanos, soy una persona sencilla, perseverante, agradecida de la vida. El compromiso y responsabilidad son los pilares que me llevaron a lo que soy, una docente”.
Módulo habitacional y equipamiento escolar
En reconocimiento a la destacada labor educativa, el Ministerio de Educación, instaló un módulo habitacional equipado para que la docente pueda quedarse en el lugar.
También se le entregó para la escuela: pizarras, últiles escolares para el próximo Ciclo Lectivo 2020, libros de texto, el manual “San Juan y Yo”, mesa digital para Nivel Inicial, bancos, ropa, calzado, juguetes, pintura, ventiladores, estufas, elementos de limpieza, camas, colchones y vajilla.