Hub Educación & Innovación, una asociación civil enfocada en crear vínculos entre personas y organizaciones que se comprometen con la educación y la cultura, realizó el último Hub&Coffee del año, titulado “Género: educación y cambios”. El encuentro se realizó en la Universidad Siglo 21, Complejo Alrío, Vicente López.
El encuentro contó con la moderación de Mario Massaccesi y la participación de Diana Zurco (primera locutora trans del ISER). También se sumaron Georgina Sticco (fundadora y directora de GROW), Alejandro Biondi (Coordinador del Programa de Protección Social de CIPPEC), Agustina Valsangiacomo (Directora Ejecutiva de Mujeres 2000), Ana Inés Álvarez (responsable Promesa Avon para erradicar la violencia hacia Mujeres y Niñas y Mujeres Solidarias de Fundación AVON), Daniel Levy, (psicólogo y director de Punto Seguido) y Griselda Flesler (profesora Titular de la materia de Diseño y Estudios de Género de la FADU-UBA).
En la actualidad, cuando nos referimos a la agenda de género, entendido como construcción social y cultural, solemos escuchar noticias o información centrada principalmente en temas de violencia de género o de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Desde el ámbito educativo, abordar esta agenda requiere de una mirada integral. Tanto desde los marcos normativos, como también de las prácticas sociales, surgen nuevas preguntas para las cuales aún no hay respuestas claras.
“Estamos ante un cambio cultural y de época. Esto nos invita a trabajar juntos para que nuestras diferentes maneras de pensar sean cada vez más complementarias. Desde Hub creemos que hay que construir nuevas culturas, de una manera colectiva y compartida, porque es la única forma de crear una nueva ciudadanía. Hoy la perspectiva de género es fundamental para repensar nuestra manera de relacionarnos, de aprender, de educar y de habitar los espacios para construir juntos una sociedad más inclusiva, respetuosa y libre”, afirmó Darío Álvarez Klar, Director Ejecutivo y Fundador de HUB Educación & Innovación.
La Encuesta sobre Trabajo no Remunerado y Uso del Tiempo en la Argentina (2016) indica que el 89% de mujeres dedica tiempo a las tareas domésticas (no remuneradas), mientras que en el caso de los hombres ese porcentaje es de 58%. En contraposición, según el Informe «Mujeres y Mercado de Trabajo» del INAM y el Ministerio de Desarrollo Social (2017), sólo el 48% de las mujeres dedica tiempo al trabajo remunerado, mientras que en los hombres el número asciende a 70%. Por último, si tomamos los datos del Ministerio de Trabajo en 2018, la participación laboral de la mujer en el sector privado no evolucionó, sino que desde hace 14 años se ha mantenido estable, en un promedio del 32%.
Alejandro Biondi afirmó que “los Estados enfrentan grandes desafíos para promover un escenario equitativo e igualitario de participación económica de las mujeres en el sector productivo”. Además, señaló que una de las grandes deudas está en el desarrollo e implementación de una política de cuidado que parta de una mirada integral y que genere espacios de crianza, enseñanza y cuidado para la niñez.
En materia de acciones territoriales, Agustina Valsangiacomo subrayó la importancia de trabajar en conjunto para que las mujeres puedan superar las barreras educativas, sociales y económicas, y desarrollar sus proyectos de vida con autonomía, sobre todo en zonas de alta vulnerabilidad social. En este sentido, Ana Inés Álvarez explicó cómo desde la compañía de cosméticos Avon han impulsado un modelo de primera escucha que permite a las revendedoras detectar y actuar frente a situaciones de violencia de género, y trabajar conjunto con otras organizaciones de la salud y de trabajo social.
“Los sesgos en relación con el género atraviesan las prácticas, procesos y modelos de enseñanza, y funcionan de manera tal que afectan lo que los adultos esperan que suceda en la niñez”, afirmó Georgina Sticco, fundadora de GROW durante la presentación del Hub&Coffee. Según la especialista, la Ley Nacional Educación Sexual Integral, vigente desde 2006, se propone “Integral” porque involucra a todo acto educativo, tanto en lo curricular como en la vida institucional, siendo transversal a todas las áreas. Aborda, además, el currículo explícito, oculto, nulo.
Es fundamental derribar estereotipos de género, por ejemplo, que vinculan a los varones con el gusto o un mejor desempeño en áreas de ciencias o matemática, y a las mujeres con tareas de cuidado, artes, ciencias sociales o áreas humanísticas. Según el estudio «Infancias y adolescencias en la era digital: sesgos de género en el aula y sus implicancias en las elecciones futuras”, realizado en conjunto entre Aula Abierta, Chicos.net y Grow, estos estereotipos influyen en la autopercepción de niños y niñas sobre lo que son capaces de hacer, y cuáles son las áreas en las que pueden desarrollar su proyecto de vida. Deconstruir estos estereotipos permite visibilizar las profundas desigualdades entre hombres y mujeres, que invitan a desaprender, reaprender y resignificar hábitos, modos de pensar y de construir vínculos.
Asimismo, las nuevas identidades de género interpelan el binarismo varón-mujer y esto también sucede en los espacios educativos. En este sentido, Diana Zurco afirmó que “las mujeres trans han sido excluidas históricamente como sujetos de derecho y que, aún con los avances de los últimos años y las leyes vigentes, queda mucho camino por recorrer”. Su testimonio en primera persona dio cuenta de la importancia de que, tanto desde las instituciones primarias como la familia, como así también desde la escuela, se profundice y garantice el derecho a la identidad en la niñez con libertad y contención.
Por su parte, Daniel Levy afirmó que “el carácter transversal de la ESI involucra a todos los profesionales de la educación. El marco regulatorio de la Ley es fundamental para entender que la sexualidad no implica que los alumnos aprendan sobre el funcionamiento del aparato reproductor desde una perspectiva biologicista o del cuidado, sino también de su cuerpo, de la ternura, las emociones, la empatía, y de cómo poder desarrollar su sexualidad con libertad y responsabilidad”.
Por último, Griselda Flesler explicó que “los espacios no son neutrales desde una perspectiva de género”. Principalmente, hizo referencia a que en las instituciones educativas parece que hay espacios en donde el cuerpo es el protagonista, como en el patio y los baños, pero otros en los que sólo es importante la mente, como el aula. “Empezar a pensar que somos un cuerpo todo el tiempo es un desafío a nivel de diseño y debemos incorporarlo a la discusión para garantizar una escuela más inclusiva”, subrayó.