Hasta el 31 de agosto hay tiempo para participar de la 11° edición del Premio Clarín-Zurich a la Educación que, este año distinguirá a los mejores proyectos pedagógicos destinados a desarrollar el pensamiento computacional aplicado a la programación y la Robótica en la escuela secundaria.
La convocatoria apunta a proyectos de enseñanza no sólo en la materia Informática, sino también en actividades interdisciplinarias como el Aprendizaje Basado en Proyectos o en cualquier otro espacio curricular que tenga como objetivo la puesta en práctica de las habilidades del pensamiento computacional a través de la programación de computadoras o utilizando kits de robótica.
Una frase muy difundida del fundador de Apple, Steve Jobs, dice que todo el mundo debería aprender a programar porque enseña a pensar. Y programar permite que los estudiantes dejen de ser sólo consumidores pasivos, usuarios de dispositivos, para poder convertirse en productores de distintas tecnologías.
Algunos ejemplos posibles son: crear un videojuego educativo, una animación sobre un tema de interés social, una aplicación que apunte a resolver algún problema de la comunidad, un programa que se pueda aplicar a la enseñanza de algún tema, o actividades educativas que utilizando kits de robótica escolar permitan aprender temas de la currícula.
“En la escuela aprendemos nociones básicas sobre distintas temáticas, lo que se suele llamar‘cultura general’. Por ejemplo aprendemos sobre la primera y la segunda revolución industrial pero actualmente los especialistas están diciendo que se está produciendo una cuarta revolución industrial o Industria 4.0 (la tercera fue la “Revolución Digital”, la de las computadoras y sus redes de comunicación). Hardware, software, algoritmos, inteligencia artificial, big data, Internet of things, vehículos autónomos; todos estos términos están relacionados con la programación de computadoras y la robótica. ¿Vamos a dejar que los estudiantes tengan que aprender solos sobre estas realidades que afectarán a sus empleos y su vida cotidiana? ¿O vamos a intentar que tengan una introducción a estos temas en la educación formal?”, dice Gustavo Cucuzza, Profesor en Informática. Especialista en Educación y TIC y miembro del Jurado para esta edición.
Según Cucuzza, la 11ª edición del Premio Clarín-Zurich a la Educación es una oportunidad para que los docentes puedan llevar a cabo proyectos relacionados con estas temáticas, que por razones presupuestarias no pudieron poner en marcha, o para ampliar alguno que estuvieran implementando.
Como todos los años, una comisión de preselección analizará los proyectos recibidos y seleccionará hasta 10 finalistas que serán evaluados por el jurado, integrado por personalidades prestigiosas en el ámbito académico: Guillermo Jaim Etcheverry, Diego Golombek, María Marta García Negroni, Pablo Miguel Jacovkis, Beatriz Hall y Gustavo Cucuzza.
Esta edición otorgará 800.000 pesos en premios. El proyecto ganador recibirá 500.000 pesos: 80.000 pesos para sus autores y 420.000 pesos para la implementación del proyecto. También habrá tres Menciones de Honor de 100.000 pesos cada una para ejecución de los proyectos.
Los participantes podrán ser personas físicas mayores de 18 años, personas jurídicas y escuelas y universidades públicas y privadas con domicilio en Argentina. Los interesados encontrarán la información necesaria en clarin.com/premioalaeducacion. Las dudas referidas a esta edición podrán consultarlas enviando un mail a premioalaeducacion@clarin.com. A esta dirección también deberán enviarse los proyectos.
Al premio podrán presentarse proyectos inéditos o en marcha pero, en todos los casos, tanto el Primer premio como las tres Menciones deberán implementarse exclusivamente en instituciones públicas de gestión estatal. En el caso de que los participantes no pertenezcan a este tipo de instituciones deberán presentarse asociados a una o más secundarias públicas de gestión estatal.
Clarin